Luego que la madruga del sábado, dos de mayo, la ciudadana Sayra Adriana Cordero Soza, de 29 años, originaria de la ciudad de Masaya fue golpeada por agentes de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía ocasionando serias afectaciones en su ojo derecho, su esposo Carlos Zamorán Pérez informó a Artículo 66 que la joven perdió su órgano visual y que será intervenida quirúrgicamente para extraérselo.
Además, Carlos Zamorán refirió que su esposa se encuentra con serios traumas psicológicos, debido a la agresión por parte de los agentes del régimen quienes la interceptaron, cuando esta se disponía dirigirse a su casa, ubicada en la Villa 10 de mayo, en Masaya, luego que visitara a una amiga en el barrio Santa Rosa, en Masaya.
“Los policías interceptaron a mi esposa entre las doce y una de la madrugada. Le dijeron que la iban a requisar y que se iban a llevar su moto porque no andaba licencia. Ella les preguntó porqué si ya se iba, entonces un antimotín sin medir reparo le acertó un golpe en el rostro y luego los demás policías empezaron a patearla, dejándola inconsciente por más de una hora y además con múltiples traumas en su cuerpo”.
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Zamorán también dijo que luego que su esposa, quien es estilista, recuperó el conocimiento se fue caminando al Hospital Humberto Alvarado de Masaya y luego en horas de la mañana fue remitida al Hospital Oftalmológico de Managua, donde los médicos no pudieron hacer nada para salvarle su ojo. “Ya es confirmado, entre las 10 y 11 de la mañana (del lunes, 4 de mayo) le extraerán su ojo”.
Policía orteguista se lava las manos
En cuanto a la responsabilidad de la Policía de Daniel Ortega, Carlos Zamorán denunció que agentes policiales anduvieron en la zona donde su esposa fue agredida y preguntaban a los vecinos si sabían de la muchacha que había sido golpeada. “Ellos (la Policía) saben perfectamente lo que pasó. Ahora quieren lavarse las manos, lo peor es que la misma institución policial no hace nada, sus oficiales tienen autorización para cometer estos delitos”.
La probabilidad de interponer denuncia ante la Policía por esta agresión, el esposo de Sayra la desestima, aduciendo que la institución policial no hará nada por castigar a los culpables. “Lo único que nos queda es denunciarlo ante organismos de derechos humanos y ante los medios de comunicación”.
“Todos nuestros planes se nos cayeron”
Sayra Adriana Cordero. es madre de dos niños y estilita profesional, dueña de un salón de belleza ubicado en Villa 10 de Mayo, en Masaya. Según Carlos Zamorán, esta situación viene a “botar” todos los planes que tenían para mejorar su economía. “Además del golpe emocional y psicológico, está la afectación monetaria, porque pensábamos pintar el salón de belleza y comprar productos, pero ahora la prioridad es y será mi esposa, quien tendrá que pasar un largo proceso para que puede recuperar su vida”.
La joven estilista estará ingresada en el centro oftalmológico probablemente hasta el día miércoles, seis de abril, para que pueda recuperarse. “Esta agresión es algo irreparable, esperemos que algún día se haga justicia. El gobierno sabe que el pueblo los repudia por todo su accionar. Deberían ser más conscientes de que lo que hacen no está bien, ya las máscara se les cayó y queda una vez más evidencia que son el mismo régimen de hoy y de siempre”, concluyó Carlos Zamorán.
Cenidh condena accionar de la Policía
Por su parte, el Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (CENIDH) condenó esta agresión por parte de la Policía de Daniel Ortega y exige que esclarezca este hecho que ocasionó daños irreversibles a una ciudadana de Masaya. “No queremos más impunidad, el CENIDH brindará acompañamiento a la víctima y a su familia en el proceso de búsqueda de justicia”.
Esto es intolerable, imperdonable, no pued3 seguir asi. A quien puede acudir el pueblo si hasta a los miembros de derechos humano son asediados y agredidos.
La guardia satánica sedienta de maldad y abuso de poder con violencia, todo en contra de un Pueblo desarmado.
Indignante, completamente inhumano. Cómo pueden tratar así a las personas? No tienen alma. Llegará el día en que la población se va a cansar y les pasará la factura: ojo por ojo, diente por diente.