Katherine Martínez, de 18 años, la única presa política que quedaba en la cárcel de mujeres “La Esperanza”, fue excarcelada este jueves, 13 de febrero, a eso de las nueve de la mañana, mientras se encontraba solicitando salir al patio a recibir el sol. Según el relato, llegaron dos tenientes quienes le dijeron que iba de traslado. “Alisté rápido algunas de mis cosas, me metieron a una parte desolada, agarre lo que pude y me llevaron afuera, me metieron en un carro, y me dijeron te vas libre”, manifestó en una entrevista con Artículo 66.
Durante su salida de la cárcel de mujeres, ubicada sobre la carretera Tipitapa-Masaya, el carro se dirigió a la cárcel de varones, conocida como “La Modelo”, donde pudo ver a otros presos políticos y remarcó que fue excarcelada sin ninguna condición. “A mi no me dijeron nada, solo firmá tu carta de liberación, la firmé, puse mis huellas y me trajeron a mi casa”.
Martínez aseguró que no recibió ninguna tortura física, sin embargo, denunció que permaneció tres días enferma en El Chipote donde le negaron atención médica. “Cuando me trasladaron a La Esperanza y me cancelaron mis actividades, ya no botaba basura, como parte de mi limpieza (…) me tenían prácticamente ahogada, solo me dejaban ir al patio a tomar sol”, detalló.
Nota relacionada: Régimen de Ortega libera al menos a nueve presos políticos
La adolescente insistió en que “continuará demandado la libertad de todos los presos políticos, aunque a mi me amenacen y todo, siempre voy a seguir en la lucha para tener una nueva y libre Nicaragua (…) no siento temor”. Por su parte, su progenitora Luz Martínez se mostró contenta ante la excarcelación de su hija. “Doy gracias a Dios (…) seguiremos adelante siempre luchando para que los demás presos políticos que se encuentran en La Modelo salgan libres”, manifestó.
Antes de su secuestro, Martínez estudiaba su secundaria en el colegio Edgar Arvizú, en Managua. Se involucró en la lucha cívica de abril 2018, cuando ella apoyó las protestas de los estudiantes de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), recinto cercano a su vivienda. Llevaba comida y agua.
La tarde del miércoles, 20 de noviembre de 2019, la Policía orteguista allanó su casa situada en el barrio 8 de marzo, de la capital, cuando se encontraba junto a su pareja, Néstor Eduardo Montealto, de 27 años, a quien la Policía le daba persecución, también por haber participado en las protestas antigubernamentales.
Nota relacionada: Katherine Martínez, la única presa política secuestrada en la cárcel La Esperanza
“Vinieron un montón de policías, yo les pregunté si traían orden de captura y ellos me respondieron con una mala palabra que ni verga de orden de captura ni nada. Vinieron y rompieron el candado de la casa, se subieron en el techo de la casa y fregaron el zinc del porche, se metieron y revisaron todo”, relató una amiga de Katherine, quien se encontraba en su casa el día de su captura.
Los uniformados de la dictadura “le revisaron el cuarto a los muchachos y arrancaron la bandera de Nicaragua que estaba con el escudo invertido y lo metieron a una bolsa que tenía impresa la leyenda de “No abrir”. Y como no hallaron ninguna cosa para acusarlos vinieron y pusieron droga y dijeron que esa droga era de ellos”.
El día de su captura, la joven fue trasladada a El Chipote, sin embargo, el 23 de noviembre, la presentaron en juicio preliminar para posterior trasladarla, el 27 de ese mismo mes, a la cárcel de mujeres La Esperanza. El 16 de diciembre, durante el juicio, la Fiscalía acusó a Katherine y a Néstor de tráfico de drogas. Su madre siempre rechazó esas acusaciones y asegura que “mi hija es inocente de las cosas que me la acusan, no estoy de acuerdo con eso, como madre de Katherine”.