En lo que va de enero 2020, se ha desatado una oleada de desapariciones de adolescentes en el país. Cuatro menores, entre las edades de 13 a 15 años, han sido reportada a través de las redes sociales por sus familiares como desaparecidas. Organizaciones feministas han condenado los sucesos y aseguran que es una «campanada de alerta» que llama a la sociedad a tomar responsabilidades en la prevención de la violencia, ante la inacción y complicidad del régimen orteguista.
En Ocotal, Nueva Segovia, el 19 de enero reportaron la desaparición de Tania Nayeli Sánchez, de 15 años, originaria del Barrio Teodoro López de esa localidad. Su mamá, Reyna Sánchez, aseguró que su hija salió presuntamente a la casa de una amiga y no regresó. La adolescente vestía un traje negro, con zapatos del mismo color.
Asimismo, detalló que el día que su hija ya no regresó a su casa ella fue a interponer la denuncia a la estación policial y reveló que al no saber nada de su paradero, tuvo que revisar su cuenta de Facebook y miró que en unos mensajes de un usuario identificado como Franklin Sánchez Barahona, el sujeto la amenazaba que tenía que irse con él o de lo contrario le haría daño a la familia.
A la vez, aseguró que no conoce al sujeto y teme por la vida de su hija que sufre hepatitis crónica. Este año la adolescente iniciaría a estudiar su cuarto año de secundaria.
En Jinotepe, Carazo, el 22 de enero, reportaron la desaparición de Gimena Molina Aburto, de 13 años, originaria del barrio Belén. Su mamá, Martha Aburto, aseguró que al momento de la desaparición la menor vestía jeans azul, camisa negra con flores, converse color rojos y se dirigía hacia el comedor donde ella trabaja pero nunca llegó.
La menor es estudiante de primer año del Colegio Manuel Hernández Martínez de la ciudad de Jinotepe.
Aparecen dos
En La Concordia, Jinotega, el 22 de enero reportaron el extravío de Alezka Rivera Hernández, quien desapareció cuando salió de su casa a eso de las 10 de la mañana. La adolescente, según publicaciones en las redes sociales, apareció este lunes 27 de enero “sana y salva”.
En Chichigalpa, Chinandega, este sábado 25 de enero, a través de Facebook, Silvia Elena Velásquez reportó la desaparición de su prima Ana Euseda García, quien no regresó a su casa después de salir con rumbo hacia el Puerto Morazán, a eso de las dos de la tarde. En su publicación el familiar detalló que la Policía de esa localidad ya se encontraba enterada de la desaparición.
Este lunes, a eso de las 11 de la mañana, Velásquez avisó que su prima había aparecido. “Ha sido encontrada y en estado delicado… Por seguridad no puedo dar detalles.. Fue encontrada viva”, y aseguró que el caso está en manos de las autoridades.
Ante un Estado de impunidad e indolencia
Para María Teresa Blandón, del Movimiento Feminista de Nicaragua, la desaparición de niñas y adolescentes ha sido un problema anterior a la crisis sociopolítica que atraviesa el país. Sin embargo, aseguró que “esto se inscribe en el marco de las redes de explotación sexual que tienen a sus principales víctimas a niñas y adolescentes (…) debido a que hay una asociación entre redes de narcotráficos y de explotación sexual”.
Blandón insistió en que ese problema se debe a que el Estado de Nicaragua no propicia una política de prevención y de control, porque “las familia denuncian y la Policía no investiga, o no actúa con diligencia, por lo que estas redes tienen más posibilidades de actuar, y de sacar fuera del país a las víctimas”.
Nota relacionada: 63 femicidios enlutaron Nicaragua durante 2019; entre ellas seis menores de edad
La Red de Mujeres contra la Violencia, por su parte, remarcó que los ataques contra mujeres y niñas se ven alentados por la “impunidad que impera en el país porque el Estado invisibiliza los crímenes contra las mujeres, al dejar libres a los femicidas y violadores, estamos en total indefensión”. También insistieron en que “con este gobierno no tenemos ni derecho como ciudadanas, ni como mujeres, por lo que estamos en «alerta roja» desde antes de abril 2018, esto se ha incrementado”.