Entre enero y febrero de cada año el occidente de Nicaragua, particularmente la ciudad de León, se ve afectada por intensos vientos que alcanzan una velocidad de hasta 78 kilómetros por hora, provocando grandes tolvaneras que son tormentas de polvo y suciedad provocadas por el viento. Aunque esta problema persiste de forma anual, los pobladores de la zona afirman que en este 2020 el fenómeno se ha intensificado.
En la ciudad universitaria, el cielo se viste de amarillo y oscurece temprano, mientras los pobladores cierran las puertas y ventanas de sus casas para evitar que el polvo entre. También, se ven obligados a taparse la boca para no enfermarse.
El departamento de León está rodeado por al menos 20 mil manzanas de cultivos, seguido de Chinandega que tiene unas 35 mil, es decir, que esta zona no cuenta con cortinas rompevientos, o en otro término, árboles plantados en fila para garantizar protección contra los intensos vientos, que debido a los suelos descubiertos provoca las tolvaneras.
«Actualmente en la zona del occidente mantenemos circulación de vientos bastantes fuertes. Estos vientos están generando estas tolvaneras, hoy por ejemplo hemos tenido ráfagas de vientos registradas de 48 kilómetros por hora y hemos tenido hasta picos de hasta 78 kilómetros por hora que son las ráfagas fuertes que se están presentando», explicó Agustín Moreira, agrometeorólogo del Centro Humboldt.
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El experto señaló que el cultivo de algodón en los años 70 y actualmente la siembra de maní son componentes que afectan o facilitan las erosiones, sin embargo aclaró que no es el campo descubierto lo que provoca las tolvaneras, «lo que realmente las provoca son las fuerzas de vientos que se están presentando por no tener cortinas rompevientos que puedan detener ese tipo de influencias que se están generando».
Moreira advirtió que la intensidad de los vientos en la zona del occidente se mantendrá en el rango de 70 kilómetros por hora en los próximos días. «Lo principal es ver que estas condiciones se están presentando hasta el día martes (14 de enero), porque los días miércoles, jueves y viernes (15, 16 y 17, respectivamente) van a ser menos».
Por su parte, expertos en la salud señalaron que las nubes de polvo son factores de riesgo para que los adultos y menores de edad se vean afectados con enfermedades respiratorias.
«Lamentablemente habrá afectaciones en la garganta, vías respiratorias como gripe, afectación de la piel, contaminación de alimentos por el polvo, diarrea, contaminación de agua, por lo que se recomienda mantener protección en los niños, personas adultas, mantener protección en la fosas nasales y oídos y la vista».
Además, remarcaron sobre las medidas de precaución que deben tomarse en las viviendas debido al levantamiento de techos, caída de árboles y postes eléctricos o rótulos. «Se debe de hacer un reforzamiento en los techos debido a la fuera de lo los vientos, evitar estar cerca de muros débiles o árboles que pueden caerse».