El prisionero político Mauricio Javier Mendoza Valencia, de 38 años, originario de Masaya, fue declarado culpable. La justicia orteguista lo sentenció a prisión por los delitos de fabricación, tráfico, tenencia y uso de armas restringidas, sustancias o artefactos explosivos en contra del Estado de Nicaragua. El fallo fue emitido la tarde de este miércoles, ocho de enero, por el juez William Howard López.
Según la abogada defensora de derechos humanos Nohemí Guerrero, representante legal de Mauricio Valencia, el juicio fue un proceso anómalo, porque la Fiscalía presentó como únicos testigos a oficiales de la Policía orteguista y además no contaron con las pruebas en contra de su defendido. “Los policías dijeron que las supuestas bombas que le encontraron a Mauricio (Mendoza) las estallaron el día que lo detuvieron, lo cual es incorrecto, porque se supone que eran parte de las pruebas”. Guerrero dijo a Artículo 66 que solicitó la anulación del proceso, pero fue rechazada.
“Le fabricaron un delito”
Luego del fallo en contra del preso político, la abogada afirmó estar inconforme por ser este un delito fabricado por la Policía orteguista, ya que el ciudadano nunca ha cometido actos delictivos y de acuerdo con su defensa “lo único que hizo es estar en contra de la dictadura”.
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“Mauricio Javier Valencia fue sacado de su casa a la 1:30 de la tarde del dos julio de 2019. Sin embargo, la Policía le fabricó un caso en el que supuestamente lo detienen con una bolsa portando bombas molotov, hecho que supuestamente ocurrió en el barrio San Fernando, del puente de San Ramón, una cuadra al este, en Masaya, lo cual es falso, porque sus familiares son testigos de cómo fue sacado con violencia de su casa”.
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El próximo martes, 14 de enero, la justicia de Daniel Ortega dictará sentencia en contra de Mauricio Mendoza, quien antes de su secuestro se dedicaba a fabricar zapatos nacionales. “Ya sabemos cómo trabaja este gobierno. Sin embargo apelaremos al fallo, porque mi defendido no participó en ningún acto delictivo”.
Niegan el almuerzo al preso político
También, la abogada Nohemí Guerrero denunció que los oficiales del Sistema Penitenciario de Granada, en forma de represalia, no le entregaron el almuerzo al prisionero de la dictadura. “Después del juicio, los policías nos dijeron que la comida de Mauricio se la habían comido los perros y que no había qué darle de comer. Obviamente, esto es un acto más de violación a los derechos humanos de mi defendido”.
Familiares exigen su libertad
Por su parte, Lucrecia Valencia Quiroz, de 78 años, madre del preso político, expresó su molestia por la situación que están viviendo porque aduce que su hijo es inocente. “Toda una vida he trabajado, nunca le di mal ejemplo a mis hijos, somos pobres, pero honestos y honrados. Esto es indignante, porque lo único que hizo Mauricio es no estar a favor de este gobierno. Le exijo a Daniel Ortega que se ponga la mano en la conciencia y que libere a todos los presos políticos, porque él muy bien sabe que todos son inocentes”.
Alegó inocencia siempre
Guerrero además resaltó que su defendido “le dijo al juez que es inocente y que la Policía lo sabe muy bien. Les dijo que ojalá se haga justicia por tres jóvenes que fueron asesinados por la Policía en el barrio donde él vivía. Creo que por esas declaraciones puede haber represalia en su contra”.
Mauricio Mendoza Valencia está encarcelado desde julio de 2019 en el Sistema Penitenciario de Granada. Este sería el primer preso político que es condenado a inicios de año por supuesta fabricación y tenencia de bombas de contacto.
A como todos los ciudadanos acusados con pruebas y testigos falsos, los esbirros del régimen de ensañan en ellos y creen que quedarán impunes. Cuando tengan que rendir cuentas ante la justicia que no pidan clemencia, pues ellos no la tienen ni tienen derecho a que se les persones deben rendir cuentas. Pedir que los asesinos criminales genocidas se pongan la mano en la conciencia? Es imposible, porque estos asesinos no tienen conciencia. Hay que pedir las sanciones y un paro nacional indefinido.