Después del discurso de los dictadores, Daniel Ortega y Rosario Murillo, que tildaron de “invasores”, “imperialistas”, “vende patria” y “oligarcas” a la empresa privada, a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a los Estados Unidos; analistas políticos y miembros de movimientos sociales señalaron que estas acciones son “una narrativa del siglo pasado” que carece de fundamentos y que muestran temor de que se apliquen más sanciones que, según los especialistas, han afectado las riquezas del anillo de poder del régimen.
El exembajador Bosco Matamoros, quien en diversas ocasiones ha insistido en buscar una salida democrática a la crisis del país y a dejar a un lado los egos, manifestó que Murillo y Ortega reflejan una visión del Siglo XIX, y que lo que más necesita Nicaragua para su desarrollo es invertir en una educación que aporte a la competitividad de todos los sectores para darle un valor agregado a la economía de los nicaragüenses.
Matamoros recomendó a la familia Ortega-Murillo mejorar las relaciones con la comunidad internacional para que se invierta más en el país, pero esto solo se va a lograr por medio de la democratización de la nación.
“Primero racionalicemos las relaciones con la comunidad internacional de la cual necesitamos la inversión, cooperación y acceso a sus mercados. Busquemos un consenso nacional, clave para la estabilidad del país, la democratización y el desarrollo”.
“Siguen a la defensiva porque están derrotados”
Para intimidar a la ciudadanía y que estos desistan de continuar con las protestas, la vicepresidenta Rosario Murillo dijo que procesarán a las personas que desestabilicen el país o que traten de dañar “la paz” que su gobierno ha impuesto con las armas y que provocó el asesinato de más de 300 jóvenes a quienes no se les ha hecho justicia; mantiene a más de 150 presos políticos, miles de heridos y miles de exiliados.
Además, le recordaron a la empresa privada los beneficios que tenían cuando trabajaron en conjunto y compararon esos favores con los gobiernos neoliberales, pero no hicieron referencia a ninguna de las recientes sanciones impuesta a tres de sus empresas administradas por su primogénito Rafael Ortega Murillo.
Por su parte, la exguerrillera y miembro del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) Dora María Téllez detalló que la familia presidencial mostró un gran temor en su discurso porque “las sanciones han tocado la médula del poder de los Ortega-Murillo, que es el dinero; en segundo lugar se dedicaron a atacar a la OEA también, lo que es una evidencia que está totalmente aislado en la OEA, donde solo tiene un voto”.
En el caso de los empresarios, Téllez aseguró que Ortega está resentido porque le dieron la espalda, después de haber recibido grandes beneficios de negocios que realizaron con Venezuela.