El comisionado Fidel Domínguez Álvarez fue nombrado jefe policial en el departamento de León el 23 de agosto de 2018, cuando el país sufría con intensidad la represión ejecutada por Daniel Ortega y Rosario Murillo. Tras su investidura, la institución orientó a Domínguez reprimir a los opositores leoneses con el argumento que «las familias de León regresen a vivir en la seguridad que teníamos antes del 18 de abril».
De acuerdo a la información enviada a Artículo 66, entre el 2001 y 2002, Domínguez dirigió una incautación de droga y dinero a unos guatemaltecos en las fronteras de Peñas Blancas, en el departamento de Rivas. En ese momento, la Policía solo reportó 120 mil dólares de los 200 mil incautados. La información filtrada revela que Fidel Domínguez, en ese año, posterior a la incautación, apareció con una camioneta Toyota Hilux nueva y comprando dos fincas en Ochomogo (Rivas) y una quinta en San Jorge.
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«Conocemos que Fidel Domínguez es un comisionado retirado por baja deshonrosa por robos, particularmente en Rivas, tráfico de estupefacientes y pérdida de dinero incautado entre otras acciones como robo de autos, lo que sé es que él ha sido un delincuente desde hace años», manifestó el exreo político Byron Estrada, originario de León.
Domínguez dentro de la institución no ocupaba puestos importantes, más que en el área Económica y Petronic, hasta caer en Archivo Nacional, luego el comisionado de Masaya Ramón Avellán lo reclutó como su asistente durante la crisis, hasta ser premiado como jefe departamental por su disposición a atacar a la oposición y autoconvocados.
Se conoció que el jefe departamental sustituyó en ese cargo al comisionado mayor Domingo Navas Funes, quien decidió desistir como principal autoridad de León en el 2018, para no continuar reprimiendo y asesinando a opositores durante las protestas desatadas en contra del dictador.
Desde que tomó el mando policial, en la ciudad universitaria, Domínguez se ha encargado de sembrar el terror y orquestar torturas, asedios y hostigamiento contra ciudadanos que participaron de las marchas antigubernamentales. Incluso, ha ejecutado agresiones contra periodistas y medios de comunicación.
Desde la excarcelación de Byron Estrada, su familia ha sido víctima de constante asedio por parte de la Policía de esa ciudad, que a diario se apuesta en las afueras de la vivienda. Tras estas acciones, Estrada lo describe como una persona inhumana «que si puede, sin piedad te mata».
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«Es una persona de muy poca palabras, es grotesco, grosero e inhumano, si te puede hacer daño te lo hace, cuando estuve en la cárcel de León me llevaron a un cuarto y él (Fidel Domínguez) me enrolló una bandera de Nicaragua y me estaba ahorcando, es una persona sin piedad que tiene odio y resentimiento».
Por su parte, el opositor y miembro de la Alianza Cívica José Pallais aseguró que Domínguez no ha hecho carrera policial y que su cargo está relacionado al nivel de confianza que tiene con el comisionado Avellán. «Su desempeño en León ha sido cargado de violencia y agresiones, intimidaciones a diferentes sectores, evidencia como la de ayer que está incurriendo al delito de tortura, como parte de los delitos de lesa humanidad hacia personas que estaban en su casa, donde los amarraron y humillaron», refutó Pallais.
Señalado de dirigir la quema de Radio Darío
Al jefe de la ciudad universitaria se le señala de dirigir el ataque y saqueo de los equipos de Radio Darío. Domínguez llegó a las cinco de la tarde del tres de diciembre, con tres patrullas y efectivos de la Dirección de Operaciones Especiales (DOE), tocó los portones y obligó a los trabajadores y periodistas de la radio a que salieran, entregaran sus cédulas de identidad y sus teléfonos celulares.
“Hijueputas, yo les dije que salieran y no quisieron. Los otros obedecieron y dieron sus cédulas y ustedes no quisieron salir, por eso nos los llevamos”, les dijo en ese momento el jefe policial a los cuatro periodistas, mientras fueron arrestados.
Desgraciado, hp, pero a cada chancho le llega su sabado. Deberia ver el video en youtube del que fuera presidente de Polonia y su mujer pidiendo clemencia a la hora de su ejecución.