Familiares de los 16 presos políticos, a los que les llaman “la banda de los aguadores”, fueron retenidos en la entrada de El Coyotepe, en la entrada de Masaya. Posteriormente, fueron trasladados a la estación policial de esta ciudad donde les quitaron las botellas de agua, fotografías de sus reos políticos y pidieron los documentos personales de los detenidos. La orden fue expulsarlos hacia Managua e impedirles llegar a la iglesia San Miguel Arcángel, en esa ciudad.
Las trece personas detenidas fueron expulsadas de Masaya en un microbús escoltados por dos patrullas policiales. Entre ellos, se encontraba el director ejecutivo de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), Juan Sebastián Chamorro, y Violeta Granera, miembro de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB). Las otras once personas eran familiares de los presos políticos quienes fueron arrestados y acusados por la Fiscalía orteguista de delitos como portación ilegal de armas, pese que al momento de su detención ellos intentaban entregar agua y víveres a las madres de presos políticos quienes permanecen en huelga de hambre en Masaya.
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Durante el traslado hacia Managua, los familiares de los 16 presos políticos alzaban sus botellas de agua mientras cantaban y gritaban consignas de “Viva Nicaragua”. Asimismo, se logró constatar que en toda carretera a Masaya se desplegó un fuerte operativo policial en tanto el microbús que los traía de regreso a Managua fue retenido por tres ocasiones.
Mientras son trasladados por policías hacia Managua, los familiares de presos políticos vienen cantando y gritando consignas por Nicaragua. La represión no logra doblegarlos. #Artículo66 #DerechoAInformar pic.twitter.com/fTxXVCPGdi
— Artículo 66 (@Articulo66Nica) November 22, 2019
Guardia orteguista agredió a periodistas
Periodistas de medios de comunicación independientes, quienes se movilizaron hasta la zona a dar cobertura a la detención de los familiares sufrieron agresiones. Gerald Mayorga de Radio Corporación, denunció que un oficial le “tiró el celular y me lanzó un golpe en la cara”, denunció el comunicador.
Momentos en que una policía le lanza un manotazo a un familiar de preso político por gritar “Libertad”. Luego otro uniformado intenta lanzarse contra los periodistas que desde un vehículo a la par grababa su abuso. #Artículo66 #DerechoAInformar pic.twitter.com/Q6v3ilGQwR
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Por otro lado, la periodista de Canal 12 Kastalia Zapata junto a su equipo de trabajo fueron agredidos por un oficial que se intentó lanzar contra los periodistas y les dijo: ¿Qué es lo que estés grabando vos?. Mientras Zapata le respondió: que estaban ejerciendo su trabajo.
Los sueltan en el Hotel Holiday Inn
Los oficiales orteguistas llevaron a los 13 familiares de los presos políticos al Hotel Holiday Inn donde los dejaron en libertad. Se bajaron del microbús y en sus manos cargaban y alzaron las botellas de agua. “Queremos denunciar que venimos indignados. No nos dejaron llegar hasta la iglesia San Miguel Arcángel. Nosotros llevábamos agua estamos abriendo y demandando al mundo «un canal humanitario para nuestras madres», responsabilizamos al Gobierno de lo que le pueda pasar a las madres en huelga de hambre, junto al Padre Edwin Román”, expresó Violeta Granera, representante de la UNAB.
Asimismo, Tamara Zamora, mamá de la líder estudiantil Amaya Coppens, aseguró que “el Gobierno cree que puede negociar la libertad, la libertad no se negocia, creen que nos van a callar que nos van a parar teniéndolos aislados ahí, pero no será así”, a la vez responsabilizó al régimen de Ortega de lo que pueda pasarle al padre Edwin Román y a las madres en huelga de hambre.
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Por otro lado, Zamora agregó que “nuestra demanda principal y esta movida que hicimos es para que se abra inmediatamente un canal humanitario para estas personas”, y señaló que “nosotros estamos siguiendo la lucha de nuestros hijos y no nos van a parar”; finalmente remarcó que “la Cruz Roja Internacional ya se debería estar poniendo a la disposición, ni siquiera deberían de estar esperando que nosotros se lo pidamos”.
Por su parte, Juan Sebastián Chamorro insistió en que es necesario y urgente “abrir un canal humanitario para las personas que están en huelga de hambre y secuestrados por la Policía en ese templo. Nos quitaron los carteles de nuestros familiares y el agua como que si estaba tratando de una sustancia ilícita” y lamentó que “aquí en Nicaragua gente cae presa por llevar agua”.