La mañana del lunes, 18 de noviembre, la Policía orteguista presentó como delincuentes a los 16 jóvenes que fueron capturados la noche del 14 de noviembre cuando intentaban llevar agua a las madres de presos políticos que se declararon en huelga de hambre desde ese mismo día en la iglesia San Miguel Arcángel, de Masaya. La justicia orteguista los acusa de portación ilegal de armas y explosivos.
Entre los opositores apresados está la estudiante belga-nicaragüense Amaya Coppens, quien es encarcelada por segunda ocasión. Estos 16 ciudadanos presos políticos se suman a los más de 130 que ya mantenía prisioneros la dictadura por ejercer su derecho constitucional a movilizarse.
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Mientras tanto en las afueras de los Juzgados de Managua, familiares de los presos políticos se apostaron exigiendo la libertad de sus hijos, que fueron secuestrados por repartir agua y medicina a los huelguistas en Masaya. Como un símbolo de protesta, llevaron botellas con agua y gritaron la consigna: “La solidaridad no es delito”, resaltando que sus hijos son procesados injustamente y que les han inventado los cargos de tráfico de armas para encarcelarlos y evitar que sigan denunciando las violaciones de la familia Ortega-Murillo contra los manifestantes. Los familiares de los reos políticos fueron acompañados por miembros de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).
Este lunes al menos ocho madres iniciaron una huelga de hambre en los pasillos de la Catedral de Managua, exigiendo la libertad de sus hijos que permanecen detenidos ilegalmente. La medida de presión implementada forma parte de la campaña “Navidad sin presos políticos”. Asimismo, expresaron su solidaridad con el padre Edwin Román, junto a las 10 madres que están en huelga de hambre desde hace cinco días en la iglesia San Miguel Arcángel, en Masaya. Esta vez, la Unidad Médica Nicaragüense brindará apoyó a los autoconvocados que iniciaron con esa medida de protesta.
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Después de los recientes actos de violencia coordinados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra las madres de reos políticos, sacerdotes y manifestantes, la Unidad Nacional Azul y Blanco invitó a todos los ciudadanos y a los empresarios a sumarse a un paro nacional, del que prometieron anunciar fecha en los próximos días. Igualmente, convocaron a una jornada de movilizaciones que se realizarán a nivel nacional para exigir la libertad de los reos políticos. Entre las actividades propuestas por este movimiento se incluyen participar de la huelga de hambre y ayunos simultáneos, piquetes, marchas, pintas y reforzar a los grupos de incidencia internacional para pedir que se declare la ilegitimidad del régimen Ortega-Murillo.
Aunque la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia es miembro de la UNAB, ninguno de sus integrantes estuvo en la rueda de prensa, por lo que se da por descontado que el llamado a un paro nacional todavía es el talón de Aquiles de los empresarios que también forman parte de la Alianza.
Una turba de orteguistas irrumpió en la Catedral de Managua gritando ofensas contra los sacerdotes y obispos, a quienes llamaban “fariseos” y “golpistas” y pidiendo que sacaran del templo a las madres que se declararon en huelga de hambre. Los fanáticos eran azuzados por el anciano Tomás Valdez, un connotado militante orteguista de un supuesto movimiento llamado “Comunidades Católicas de Base”, misma que ha servido como fachada para amenazar y atacar a sacerdotes y obispos, desde la década de los 80.