Evangelina Díaz Espinoza denunció ante las oficinas de los abogados Defensores del Pueblo el secuestro de su hijo Fernando José Montalván Díaz, capturado por la Policía orteguista el pasado viernes, 24 de septiembre, en el sector del Siete Sur, en Managua, y trasladado a las instalaciones de la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como “El nuevo Chipote”.
Fernando Montalván habita en Chinandega, pero el día de su captura se disponía a visitar a su madre que vive en el barrio Monimbó, en el departamento de Masaya. “Mi hijo salió de su trabajo a las siete de la mañana, el llegó al Siete Sur a las nueve y media de la mañana para agarrar su bus y venir a mi casa donde yo lo miro siempre (…) pero desde las nueve y media que él llegó al Siete Sur yo pierdo comunicación con él”, relató su mamá.
Díaz Espinoza, al constatar que su hijo se encuentra en El Chipote, intentó verlo el domingo, 29 de septiembre, para conocer el motivo de su detención, sin embargo las autoridades le refirieron que se encuentra “bajo proceso investigativo” y que podrá verlo dentro de ocho días.
Brindó asistencia durante las protestas
Montalván es enfermero y durante las protestas antigubernamentales, iniciadas en abril de 2018, se dedicó a brindar atención médica a los jóvenes que resultaban heridos, incluso curó a los paramilitares y simpatizantes ortegusitas que se enfrentaban contra el pueblo, según refirió el abogado Julio Montenegro.
“Él se ha dedicado a curar personas, esa es su profesión y posiblemente el motivo por el cual él ha sido detenido es porque brindó auxilio y curó personas, a él no le importó curar de uno u otro lado y esto particularmente en el período de la crisis donde hubo muchas personas heridas entre ellas policías y manifestantes”, afirmó el defensor de derechos humanos.
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Cuatro días después, el ciudadano permanece detenido en El chipote, y como en la mayoría de los casos, las autoridades no han presentado una acusación formal en su contra por lo que se desconoce el motivo de su detención.
“Yo lo que pido es que nos escuchen, que liberen a mi hijo. Señora Rosario Murillo póngase la mano en el corazón porque si usted tuviera un hijo en ese lugar, estoy segura que usted se sentiría como estamos sintiéndonos hoy. Nuestros hijos están sufriendo, todas las madres estamos sufriendo, señor Daniel Ortega debería de tener más humanidad, usted sabe cómo se sufre cuando uno es pobre (…) ya basta, ya no queremos represión, ya no queremos nada, deje en libertad a Nicaragua”.