Derrame cerebral, Un infarto, Neumonía y complicaciones en la arteria aorta son las afectaciones que cobraron la vida de cuatro mujeres, madres de presos políticos, en menos de tres meses, según datos del Comité de Madres por la Libertad de los Presos Políticos que han sido encarcelados por protestar contra la dictadura de Daniel Ortega.
El 18 de noviembre del 2018 murió Martha Lorena Rocha Rocha, de 51 años, madre del preso político Misael Escorcia, de 18 años. La mamá de Misael murió por un derrame cerebral. El 2 de diciembre falleció Carmela Arteta, de 94 años, madre del militar en retiro Alfonso Morazán Castillo, por complicaciones producto de una Neumonía.
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Martha Isolina Bucardo Campos, de 67 años, falleció en el mes de diciembre producto de un infarto. Su hijo Francisco Homero Pérez Bucardo y su nieto Bryan Francisco Pérez Ampié son procesados por el régimen Ortega Murillo por los delitos de Tráfico ilícito de vehículos.
A los ciudadanos los señalaban de apoyar uno de los tranques ubicado en Jinotepe, Carazo, durante los primeros meses de la protesta social en el país. No obstante, los familiares aseguran que el tranque estaba ubicado frente a la casa donde alquilaban.

La abogada del caso, Yonarqui Martínez, explicó a medios de comunicación que los jóvenes del tranque quitaron una camioneta de la empresa Cubas Eléctrica y la fueron a parquear donde ellos alquilaban. Entonces la Policía allanó su vivienda y los involucró con el robo del automotor.
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El último caso registrado del fallecimiento de madres de presos políticos es el de Aura Cela Palacios García, quien sufría de un aneurisma en la arteria aorta (ensanchamiento o dilatación de la arteria), por lo que la operarían a finales de enero, pero la arteria se reventó, provocándole la muerte, sin ver en libertad a su hijo Chester Membreño, capturado en julio de 2018, por la policía orteguista.
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En los cuatro casos registrados las autoridades les han negado el permiso a los reclusos para que puedan asistir al funeral de sus madres.
Todas las madres que han perdido la vida en medio de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua, han cerrado sus ojos por ultima vez sin poder mirar a sus hijos en libertad. Y sus enfermedades crónicas se han complicado producto del estrés y la depresión, sostiene Lilliam Ruiz Osorio, miembro del Comité de Madres por la Libertad de los Presos Políticos.
“Te digo, esto es una situación que va minando tu organismo, porque no asimilas la situación, todas lo asimilamos de diferentes maneras, pérdida de apetito, tristeza, depresión y complicaciones en la salud” expresó Lillian Ruiz, quien asegura que su diabetes se ha complicado a partir de la sentencia de más de 17 años de cárcel para su hijo Hansell Vázquez Ruiz.
Las madres de los presos políticos también son victimas de persecución y asedio, malos tratos y humillaciones en los juzgados de Managua y sistemas penitenciarios, aseveró la mamá de Hansell, quien hoy se ha convertido, producto de las circunstancias, en una férrea activista por la libertad de su hijo y el resto de presos políticos que mantiene la dictadura en cárceles y centros de detención.
“Yo no me voy a ir mientras mi hijo este allí, mi hijo me necesita, yo soy la voz de mi hijo y de todos los presos políticos, los que estamos en el Comité y todas las madres que demandamos su libertad” sostiene contundentemente Lillian Ruiz, mientras intenta contener las lagrimas en medio de una llamada telefónica.

Para una terapeuta, con maestría en psicología clínica, cuya identidad prefiere sea resguardada, el cuerpo siempre lleva registro de las emociones, y muchas de estas mujeres ya cargaban historias de duelos sin resolver, y fueron colocadas en una posición de vulnerabilidad y revictimización por parte del régimen, al encarcelar de manera injusta y arbitraria a sus hijos, lo que pudo agravar las enfermedades crónicas de estas mujeres que durante los últimos meses de su vida se dedicaron exclusivamente a demandar la libertad de sus hijos.
“El cuerpo siempre habla, y los dolores emocionales tienen registros en el cuerpo, las enfermedades cardiológicas y respiratorias hablan de una profunda tristeza…y el derrame cerebral de un colapso físico y emocional ante la falta de alternativas de libertad para sus hijos”, sostiene la especialista.
Lo que pasa en el ámbito emocional siempre va a tener impacto en el cuerpo explica la terapeuta. “En los últimos meses estas mujeres solo han tenido tiempo de sobrevivir y esto al final termina pesando sobre la salud”, lamenta la psicóloga.