La semana pasada tuve la oportunidad de ver una película titulada “Una entrevista con Dios”. Es la historia de un periodista joven lleno de conflictos internos y problemas de pareja que, por algún motivo desconocido, consigue una entrevista con un hombre que dice ser Dios.
Bajo el contexto que vivimos en Nicaragua y el estrés que genera la situación de los últimos meses, fue casi imposible no relacionarme con el personaje e imaginar que preguntas le haría a Dios si tuviese la oportunidad de entrevistarlo. Se me ocurrieron una enésima cantidad de preguntas. ¿Por qué permites tanto sufrimiento en nuestra bella Nicaragua? ¿Por qué tuvieron que morir tantos hermanos nicaragüenses? ¿Por qué tanta injusticia con los presos políticos? ¿Por qué permitís tanta maldad? ¿Por qué?
La búsqueda de Dios es parte inherente del ser humano. Más cuando vivimos en dolor y sufrimiento. El gran escritor y filósofo italiano Dante Alighieri decía: “Quien sabe de dolor, todo lo sabe”. Es posible que el dolor nos abra la mente, mejor dicho el corazón, nos vuelve sensibles y nos crea conciencia. Nos ayuda a madurar y crecer de tal manera que podamos aprender de los errores.
El protagonista de la película al parecer no entendía eso. Su afán por lograr una excelente nota periodística le impedía distinguir la verdadera razón de la entrevista. Sus miedos y temores por enfrentar la realidad no le permitían escarbar sus faltas y desaciertos.
Entrevistar a Dios no es tarea fácil. No hay por donde empezar y menos cuando la realidad en que se vive exige tantas preguntas. Y menos cuando el dolor ha invadido nuestras vidas. Y menos cuando más de 500 personas han sido asesinadas.
Algo me quedó muy claro al finalizar la película. A veces quisiéramos preguntar tanto que nos olvidamos del porqué estamos preguntando. La razón de la duda es más importante que la duda misma.
El periodista no logró terminar su nota, pero sí pudo encontrar lo que Dios buscaba en él, perdonar.
Aún sigo escribiendo mis preguntas para cuando me toque entrevistar a Dios. Espero que vos también tengás las tuyas. Pero antes de comenzar la entrevista pregúntate. ¿Estás dispuesto y dispuesta a perdonar?
Ni perdon , Ni olvido, Justicia!!!