El Papa Francisco aseguró hoy que lo primero que tienden a controlar las dictaduras son los medios de comunicación, para luego usar la maquinaria mediática contra aquellos a los que considera detractores o enemigos, insistiendo que el autoritarismo siempre busca calumniar o difamar a quiénes se le oponen.
Jorge Mario Bergoglio (nombre secular de Francisco) vivió en carne propia la represión de la dictadura militar de la Argentina (1976-1983). Siendo provincial de la Compañía de Jesús durante ese periodo, ayudó a centenares de personas a salir del país para que no fueran desaparecidas o asesinadas por los militares bajo la excusa de ser “marxistas-comunistas”, durante el denominado Proceso de Reorganización Nacional, según una investigación revelada por el periodista italiano Nello Scavo en su libro “La lista de Bergoglio”.
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“Y ustedes conocen bien a los gobiernos dictatoriales, porque han experimentado esto, ¿qué hace un gobierno dictatorial? Primero toma en mano los medios de comunicación con una ley y a partir de ahí, comienza a murmurar, a menospreciar a todos aquellos que para el gobierno son un peligro”, dijo en su homilía matutina el Sumo Pontífice, interpretando el Evangelio de Lucas 15, 1-10; que referencia las críticas que hacían los fariseos y doctores de la ley judía contra la predicación de Jesucristo.
El Papa actualmente está enfrentando una ola de ataques mediáticos orquestados el sector más ultraconservador de la Iglesia Católica, que ve con recelo su forma y estilo de ejercer el pontificado. Más aún, le achacan el relativizar la doctrina moral católica en temas como matrimonio homosexual, aborto, eutanasia y apertura a las mujeres en la institución.
Por su parte, el máximo líder del catolicismo se ha defendido de las acusaciones vertidos por cardenales, obispos y medios católicos ultraconservadores; argumentando que “las murmuraciones” son una táctica del diablo para dividir la Iglesia, y ha llamado a los católicos a orar distintas oraciones para –según él-, se logre apaciguar los ánimos dentro de la comunidad eclesial.
Mientras, a miles de kilómetros de distancia, en la tropical Nicaragua, la Iglesia Católica de Nicaragua enfrente una virulenta campaña de ataques mediáticos orquestados por la dictadura de la familia Ortega-Murillo, quién ha iniciado un linchamiento mediático de los obispos más representativos del Episcopado: Silvio José Báez, Rolando Álvarez, Juan Abelardo Mata y Leopoldo Brenes; utilizando el método descrito esta mañana por el Pontífice en Roma.
En la Ciudad del Vaticano, Francisco fustigó con fuerza el chismorreo y las murmuraciones contra la reputación de los demás.
“Este pecado de murmurar es cotidiano, tanto en lo pequeño como en lo grande (…) En vez de dialogar o “tratar de resolver una situación de conflicto, murmuramos secretamente, siempre en voz baja, porque no hay valor para hablar claramente”, señaló.
Iglesia Crece cuando hay testimonio
En contraposición al murmullo, el Papa Francisco insistió que la Iglesia florece cuando da testimonio de su fe en Jesús de Nazaret. En Nicaragua, tanto los Obispos y sacerdotes de la Iglesia Católica han estado en la primera línea socorriendo heridos en los templos, abriendo los mismos para refugiar manifestantes cuando las marchas son reprimidas por la Policía y mediando con un régimen que sigue empeñado en seguir en el poder.
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“Testimoniar nunca en la historia es fácil, ni para los testigos -quienes muchas veces pagan con su martirio- ni para los poderosos. Ser testigo es romper un hábito, una forma de ser…. Romper para mejor, cambiarlo. Por eso la Iglesia avanza con sus testimonios. Lo que atrae es el testimonio, no son las palabras las que ayudan, sino el testimonio lo que atrae y hace crecer a la Iglesia”, sentenció el Pontífice.