El 18 de febrero de 1965 el activista y defensor de los derechos civiles Jimmi Lee Jackson fue asesinado a sangre fría por un policía en la ciudad de Marion estado de Alabama. No fue hasta 42 años después que se supo la identidad del perpetrador.
La muerte de Jackson sirvió como catalizador para la marcha desde Selma hasta Montgomery, Alabama. La marcha se realizó un domingo y por la brutal represión de la policía hacia los marchistas se le conoce como el “domingo sangriento”.
En uno de los discurso del reverendo Martin Luther King luego de la muerte de Jackson, preguntó; ¿quién mató a Jimmi Lee Jackson?
En ese discurso apoteósico el líder pacifista mencionó que los culpables de la muerte de Jackson fueron los indiferentes, los que se quedan callados, los que ven la injusticia y no hacen nada, los que miran la represión desde sus televisores, es decir, los que dicen que todo esta normal.
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Más de 50 años después en nuestro país Nicaragua, la represión se da por pensar diferente, por exigir elecciones libres, por el simple hecho de defender nuestros derechos más fundamentales. Álvarito Conrado lo entendió.
La muerte del pequeño héroe significó el despertar de muchos corazones que estaban apagados por la indeferencia y la pasividad. También nos muestra que te pueden matar antes de morir. Álvaro Conrado murió desde el momento que le fue negada la atención médica, desde que estaba en la mira del policía que le disparó, desde que decidió enfrentar las balas con botellas con agua.
Igual que Jimmi Lee Jackson, Álvarito Conrado falleció a causa de la indeferencia de muchos de nosotros, por aquellos que no deciden luchar, por los que prefieren hablar de economía antes que de Derechos Humanos, por los que piensan que todo esta normal.
El dictamen final menciona que fue una bala en el cuello lo que causó la muerte del joven. Eso responde el “Qué”, pero en realidad, ¿Quién mató a Álvaro Conrado?