Tras más de setenta días de estar encarcelada, la líder estudiantil Elsa Valle, de 19 años, fue liberada junto a Irma Centeno Rivera y Yuri Valerio, después de que el Juez Séptimo Distrito Penal de Juicio, Melvin Vargas, emitiera la orden. Las tres jóvenes habían sido acusadas de terrorismo y portación ilegal de armas por la Policía del régimen de Ortega, pero la Fiscalía decidió no continuar con el juicio.
El documento judicial señala que las jóvenes; Irma, Elsa y Yuri “han colaborado con las instituciones a cargo de las investigaciones policiales en Nicaragua. El Ministerio Público ha decidido mediante resolución prescindir de la acción penal en contra de las acusadas”. La líder estudiantil Elsa Valle aclaró que su libertad se da porque “es inocente, no por vender a sus amigos”, durante una entrevista con 100% Noticias.
Elsa Valle fue liberada en las puertas del Sistema Penitenciario de Mujeres, conocido como “La Esperanza”, mientras tanto las otras dos jóvenes; Centeno y Valerio, según la información que le dieron los agentes de la Policía del régimen de Ortega a las familias, fueron llevadas en una camioneta oscura y sin placas, supuestamente, en dirección a sus hogares.
Apoyada en el brazo de su madre, Rebeca Montenegro, Elsa Valle volvió a sentir los aires de la libertad que le arrebataron, el pasado 14 de julio, cuando la Policía la secuestró y trasladó, sin ninguna orden de captura, a las celdas de Auxilio Judicial, conocido como “El Chipote”.
Las primeras palabras de Valle, cuando cruzó el portón principal de La Esperanza, fueron “Viva Nicaragua libre”. La joven se vio cojear, aparentemente por lesión en su pie, de lo cual tampoco detalló, al salir del reclusorio. Ante las preguntas de los periodistas sobre el trato que recibió, la universitaria aseguró que no la violaron, pero les daban “maltrato psicológico” a todas las presas políticas y no se les daba atención médica.
La tres jóvenes estudiantes estuvieron atrincheradas en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), protestando en contra del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, hasta que después de tantos ataques de paramilitares e infiltrados del Frente Sandinista los jóvenes decidieron retirarse del recinto.
La líder estudiantil, poco antes de subirse al carro en el que regresaría a su hogar, declaró que “siempre va a seguir en la lucha, ni estando encerrada me voy a callar. Siempre voy a seguir en pie, no me voy a rendir jamás”. Asimismo, denunció que dentro del Sistema Penitenciario de Mujeres “hubo negligencia médica, hubo maltrato psicológico, hubo de todo. Hay una señora (Jessy Lagos) ahí que padece de azúcar, ella es de Jinotega y su familia no sabe absolutamente nada, no les dan el medicamento porque dicen que aquí ellos no se hacen responsables de medicamentos, dicen que la familia los tienen que traer todos los martes. Hay muchos jelepates, ratones y cucarachas que están jugando nuestra comida, de ahí uno sale enfermo. No nos daban la comida a tiempo, yo no comía, las muchachas que comían ahí era por necesidad pero a mí gracias a Dios mi familia me apoyó”.
La joven Elsa Valle ahora tendrá que andar en las calles demandando la libertad de su padre, Carlos Valle, quien incansablemente se unió a marchas y plantones para exigir que liberaran a su hija, hasta que fue detenido arbitrariamente el pasado 15 de septiembre, mientras participaba, portando su camisa azul y blanco con la frase “libertad para Elsa Valle”, de la manifestación “Todos somos patria”.
La familia de Elsa Valle se enteró de la orden de libertad este 26 de septiembre, en horas de la tarde. Rebeca Montegro, mamá de Valle, desde entonces se trasladó al Sistema Penitenciario de Mujeres, conocido como “La Esperanza”, en Tipitapa, pero fue hasta este 27 de septiembre, a eso de las 11 de la mañana, que lograron cruzar los portones de la entrada principal de “La Esperanza”. Las tres jóvenes tenían programada audiencia para el 28 de septiembre.
Montegro aprovechó la presencia de los medios de comunicación para revelar que, dentro del Sistema Penitenciario de Mujeres, le hicieron firmar un papel en el que hacen constar que le entregaron a su hija en “buenas condiciones”, lo cual niega rotundamente porque “ya ven ustedes como va. Voy a procurar llevarla al médico”.
El mensaje que envió Elsa Valle al pueblo de Nicaragua, al salir de “La Esperanza”, es que “siempre sigan en pie, que no den su brazo a torcer nunca, nunca”.