Sus manos expertas en tocar el piano, la guitarra y el violín fueron atadas por esposas de acero que le niegan hoy su derecho a protestar. Olesia Pavón Muñoz, de 46 años, una artista que, desde hace tres meses, se indignó al ver como el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo usaba a sus seguidores para agredir a los nicaragüenses que protestaban en contra de las reformas a la seguridad social que empezaron el 18 de abril.
Sin embargo, la maestra de música, y miembro del coro de la parroquia Santa Ana, de Niquinohomo, se lanzó a apoyar las marchas azul y blanco cuando el régimen de Daniel Ortega desató su furia para asesinar a estudiantes.
“Ella (Olesia Pavón Muñoz) apoyó las marchas primeramente por los ancianos a los que le estaban quitando el cinco por ciento de sus pensiones, después porque empezaron a asesinar a los estudiantes. Ella se puso a llorar y dijo ´tenemos que alzar la voz para que (estos crímenes) no queden impunes, porque son seres humanos´”, esas son las palabras que recuerda Carmen Muñoz que le dijo su hermana Olesia cuando la crisis no llevaba ni un mes.
Apasionada del arte sacro
Los hermanos de Olesia la describen como una mujer católica que ama a su prójimo y usaba sus instrumentos para apoyar toda actividad de la Iglesia Santa Ana, en su ciudad natal. El mismo pueblo donde nació Rosario Murillo, la primera dama de Nicaragua y ahora verdugo de Muñoz.
Olesia Pavón Muñoz desde que tenía doce años, manifestó su pasión por los instrumentos musicales. Estudió música en un Conservatorio de Managua desde los quince años hasta convertirse en una maestra de los instrumentos y las composiciones de arte sacro.
Su pasión por la música y su catolicismo la llevaron a ser una mujer activa en la Iglesia del pueblo en el que habitaba. Sus familiares afirman que llegó a tener un liderazgo por ser una mujer comprometida con la vida religiosa. “Ella tiene su liderazgo por las cosas de la iglesia, pero nada que ver con los partidos. A ella la conocen más que nada por su liderazgo en la Iglesia o por su trabajo como música”, detalló Carmen Muñoz, hermana menor de Olesia Pavón Muñoz.
La misma Iglesia católica reconoce que Olesia era activa en la parroquia de Santa Ana de Niquinohomo. El padre Javier Solís, quien tiene seis años de evangelizar con la palabra de Cristo en Niquinohomo, asegura que Olesia “pertenecía al Coro de la Renovación Carismática y que cantaba una vez al mes, hasta diciembre”. El padre Solís recuerda que “era una buena persona conmigo, no tuvimos ningún problema dentro de la iglesia”.
Su papel en las protestas
Olesia Pavón decidió apoyar las marchas cívicamente. Participó de las protestas sociales en demanda al cese de la represión gubernamental en Niquinohomo, portando la bandera azul y blanco, gritando consignas y hasta prestando sus parlantes e instrumentos musicales para la manifestación pacífica.
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La mujer de más de cuarenta años, pese a no tener hijos, se conmovió, como la mayor parte de los ciudadanos, por el dolor de las madres que perdieron a un hijo producto de la. represión.
Olesia se caracterizaba por darle al hambriento, pues era parte de una comunidad católica llamada “El Portillo”. Ese llamado cristiano de darle al hambriento también lo puso en prácitca con los jóvenes que permanecían en los tranques. Olesia llegaba a darles comida o agua a los muchachos que decidieron atrincherarse tras una barrera de adoquines en las calles de Niquinohomo, según detallan sus familiares.
Ahora, la Policía del régimen de Ortega la acusa de financiamiento al terrorismo y de compra de armas. Sin embargo, el hermano de Olesia, Charles Muñoz, refiere que los pocos ingresos que su hermana tenía son los que se ganaba dando clases particulares de piano, guitarra o violín, clases que impartía en el departamento de Masaya y algunos municipios de Carazo.
Los familiares de Olesia sostienen que las ganancias que le dejaban la venta de especies en el Mercado Oriental, en el tramo que le heredó su madre, o las amenizaciones de misas privadas, comuniones o bodas, tampoco serían suficientes para que ella pudiera sostener todo un levantamiento nacional o municipal en contra del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Olesia, únicamente, “se manifestó cívicamente, no agredió a nadie”, reiteró su hermano Charles.

La persecución gubernamental
La obra de caridad o amor por sus hermanos nicaragüenses hoy le han costado a Olesia dinero y libertad. Su participación en las protestas ocasionó que los paramilitares del régimen de Ortega la tuvieran en la mira. Sus familiares recuerdan que el asedio en contra de su hermana empezó el pasado 15 de julio, cuando paramilitares, a bordo de tres camionetas Hylux, llegaron a su casa, en Niquinohomo, a destruirle todos sus instrumentos musicales.
“Llegaron ellos (paramilitares) a las diez de la mañana, ingresaron rompiendo el candado a punta de bala, derribaron la puerta a punta de escopetazos. Rafagueron las paredes, el techo y una imagen de la Milagrosa que vino desde Roma. Desbarataron los muebles y todos sus instrumentos”, detalló Charles Muñoz.
Olesia, ese 15 de julio, se salvó de ser secuestrada porque mientras ocurría el ataque se refugió en una bodega construida por su padre, sin embargo, pasó hambre y sed. Según el testimonio de su hermano, “ella (Olesia) estaba resguardada en una bodega que mi papá hizo, ahí ella vivió ocho días, sin comer y sin nada, porque desde el momento en que entraron (a la casa) ella no salió”.

Los familiares de Olesia aseguran que amigos y vecinos le han referido que algunos de los paramilitares que participaron en la destrucción de los instrumentos de Olesia, en su casa en Niquinohomo, fueron: Yamil Sandino, Tito Oviedo, Estiel Muñoz, Víctor Lenín, el hermano y papá de Victor, además de un sujeto conocido como Macaco.
De profesora de música a financiadora del terrorismo
Para Olesia lo peor estaba por comenzar. Aunque se salvó de ser secuestrada o agredida ese 15 de julio, quince días después, exactamente, el 31 de julio, llegaron a sacarla otro grupo de paramilitares de la casa donde le daban refugio.
“Llegaron a sacarla de una casa de mis tíos, en Dolores (Carazo), y también a todos ellos los montaron (en las camionetas Hylux). Subieron a una niña de dos años, un niño de cuatro años, otro de tres años y el adolescente que tiene doce años, a los niños los soltaron. También se llevaron a las jóvenes Rosmeri Muñoz y Carmen Muñoz, pero a ellas también las soltaron”, explicó Charles Muñoz.
En el momento de la detención, también se llevaron a dos hermanos de Olesia: José Denis y Verónica Pavón Muñoz, de 39 y 43 años respectivamente, mismos que permanecen detenidos desde hace diez días en las celdas de la estación policial de Masaya. No obstante, en el caso de Olesia Pavón el mismo día fue llevada a Auxilio Judicial, mejor conocido como El Chipote, en Managua.
Según su hermana Carmen Muñoz, el comisionado Ramón Avellán fue quien le dijo que ese mismo día Olesia sería trasladada a El Chipote acusada por varios crímenes.

Sin embargo, al momento de la captura los paramilitares que realizaron la detención “no presentaron ningún documento, llegaron directito a sacarnos como que tal éramos unos delincuentes, unos ladrones, sin darnos explicaciones y sin ninguna orden judicial. El único que vi que era policía fue uno que le dijo a mi hermana ´ve donde te venimos a encontrar huevoncita, montate, montate tal por cual´”, detalló Carmen Muñoz, quien también fue llevada el 31 de julio detenida, pero fue liberada por ser menor de edad.
Diez días de zozobra
Desde entonces, los familiares de Olesia Pavón Muñoz tienen que viajar a Managua para saber la situación física y legal de su hermana. Sin embargo, las autoridades de la Policía no dan información. “No han permitido que le pasemos comida u objetos personales, nada que nos dicen razón de ella. Ya prácticamente son 10 días de no saber nada de ella”, afirmó Carmen Muñoz, evidentemente, disgustada por la actuación policial.
De lo único que se han enterado los familiares de Olesia, a través de los medios oficiales del régimen de Daniel Ortega, es que su hermana es acusada de “saquear hogares, que se robó camiones de la Alcaldía, que ni por cerca, portación de armas, financiamiento de armas”, especificó Charles Muñoz, quien resalta que todo eso de lo que se le acusa a Olesia “es falso”, puesto que lo único que ella hizo en las protestas sociales fue “poner en práctica una de las virtudes generales que nos manda la Iglesia católica que es hacer la obra de caridad. Ella lo único que hacía es darle comida a los que estaban en el tranque”.
Piden libertad para Olesia y sus hermanos
Los familiares de los hermanos Pavón Muñoz demandan libertad para Javier, Verónica y Olesia, ya que afirman que ellos son “inocentes”. “Yo le pido a la Policía que les den libertad a mis dos hermanos porque ellos nada tienen que ver, al igual que a la Olesia porque ella es una mujer que ama a Dios. Ella le apoyó a los jóvenes con comida, pero eso no es ningún delito. Yo le pido al Gobierno que se ponga la mano en la conciencia y que deje en libertad a mi hermana porque ella es inocente de todo eso que se le acusa”.
La última vez que su familia vio a Olesia fue a través de las fotos que publicaron los medios de propaganda del régimen de Daniel Ortega. “Policía Nacional presenta a líder del grupo terrorista”, decía el panfleto electrónico El 19 Digital.