Su atuendo siempre es azul y blanco, los colores de la bandera de Nicaragua. Sostiene entre sus manos un rótulo que dice “Corro por la Justicia”. Alex Vanegas, de 60 años, desde hace tres meses decidió unirse a las manifestaciones en contra del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, pero su forma de protestar es bastante peculiar. De manera simbólica, se ata de pies y manos, mostrando la opresión que viven los nicaragüenses, su sudadera tiene un mensaje contundente, escrito por él mismo: “corro por una Nicaragua libre”, eso es precisamente lo que hace Vanegas, trotar para expresar su rechazo a la represión estatal en contra de los manifestantes. La indumentaria la completa un pantalón buzo azul y sus infaltables zapatos deportivos.
Vanegas nació en Managua, pero sus raíces son jinotepinas y masayas, municipios de donde son originarios sus padres. Fue el 21 de abril que decidió unirse a las protestas después de ver por televisión las noticias donde los simpatizantes del Frente Sandinista golpearon a jóvenes y ancianos que protestaban contra las reformas a la seguridad social que quería imponer el Gobierno de Nicaragua.
A Vanegas le afectó, especialmente, ver como una anciana se desangraba por los golpes que las turbas orteguistas le propinaron en su cabeza. La mujer era Ana Quirós, feminista del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) y el suceso ocurrió el 18 de abril, en Camino de Oriente, en Managua; fecha en que las protestas empezaron a tomar fuerza. La agresión se dio frente a los antimotines de la Policía Nacional, quienes actuaron como cómplices ante el hecho.

Esa indignación llevó a Vanegas a decidirse. “Me motivaron las primeras manifestaciones que se dieron entre el 18 y el 19, cuando le rajaron la cabeza a una señora de mi misma edad prácticamente, al ver todas esas cosas se me fue acumulando la indignación y dije: ‘tengo que manifestarme y buscar de qué manera defender el apoyo hacia los jóvenes´, entonces empecé a caminar inicialmente y ya cuando llevaban una cierta cantidad de muertos, entonces empecé a darle vueltas a la Rotonda Jean Paul Genie, una vuelta por cada caído”.
Vanegas padece diabetes y afectaciones en su columna. Ante las circunstancias adversas que enfrenta el país, decidió retomar las carreras, pero en esta ocasión en demanda de una Nicaragua “libre y justa, donde el presidente no vea normal los asesinatos y detenciones ilegales”, asesinatos que según el régimen son 197, pero los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos registran entre 317 y 448.
No es un corredor, es un administrador de profesión
Quienes ven a Alex Vanegas en las manifestaciones cívicas creen que fue o es un atleta de profesión, pero la realidad es otra. Vanegas es un administrador de empresas, graduado en el Instituto Manuel Olivares, en 1978. Actualmente, se dedica a vender sistemas de purificación de agua y acero inoxidable, que se usa para cocinar a llama baja y sin aceite.
Sin embargo, Vanegas asegura que tampoco es nula su pasión por las carreras. Dice que tiene “cierta experiencia en carreras o maratones”, ya que tuvo un amigo que lo entrenó en el Instituto de Deportes y en el 2013 participó de un maratón organizado en Managua, donde tuvo que recorrer unos 42 kilómetros de distancia para llegar a la meta, aunque no llegó en primer lugar obtuvo un título de participación.
Este adulto mayor ha vuelto a sus rutinas de hace quince años, las cuales consistían en correr dos horas diarias, pero ahora lo hace portando los colores de la bandera de Nicaragua en forma de protesta en contra de las injusticias que comete el Estado nicaragüense. Las carreras también le han servido para aminorar sus dolores en la columna y los problemas de la diabetes.
Vanegas destaca que “antes del 21 de abril corría menos por los problemas de salud que me han detectado. Me dijeron que tengo cinco vértebras de la columna que ya no tienen cartílagos, pero siempre lo hacía por salud porque soy diabético y tengo que hacer ejercicio para contrarrestar toda la acumulación de grasa. Ya tengo cuatro meses que he agarrado más resistencia, no como la que tenía antes, pero me siento capacitado de venirme desde Jinotepe, San Marcos, La Concha, Ticuantepe hasta la Rotonda Jean Paul Genie en Managua”, quien ha participado de todas las marchas de las que se ha enterado porque afirma que es un “deber nicaragüense manifestarse frente a esa normalidad que dice que hay (el régimen Ortega-Murillo), cuando en realidad se está persiguiendo, apresando y hasta asesinando a los nicaragüenses”.
“Me están asfixiando económicamente y psicológicamente”
Participar en las protestas contra el régimen orteguista a Vanegas le ha costado dinero y preocupaciones. El anciano ha recibido amenazas por parte de fanáticos del Frente Sandinista. Una de las que más le ha impactado fue cuando, hace dos meses, un grupo de sujetos encapuchados a bordo de motocicletas llegó por la madruga a golpear los portones del apartamento donde vive.
El maratonista que corre por una Nicaragua libre recuerda cuando llegaron a intimidarlo. “Gritaron mi nombre y golpearon tan fuerte los portones que los desrrengaron (destruyeron). Yo no estaba porque tengo días de no dormir aquí, pero los inquilinos de los quince departamentos que tengo en esta zona me dijeron todo”, explicó el anciano, quien también subsiste del dinero que genera por la renta de cuartos. Actualmente, sus ingresos han mermado, pues la agresión en contra de su casa ocasionó que varios de sus arrendatarios decidieran desocupar los apartamentos.
Vanegas detalló que “varios se han ido por temor a que vuelvan, lo que siento es que prácticamente me están tratando de asfixiar económicamente y físicamente, por eso es que yo uso esto en las marchas (camisas rayadas con consignas, flores azul y blanco, rótulos con mensajes que demandan justicia y democracia). Antes yo sacaba un promedio de mil dólares mensuales con lo de las rentas de los apartamentos, pero ahora solo tengo alquilado dos de los quince”.
Otra de las amenazas que también le ha impactado a Vanegas fue el mensaje que le dejaron unos sujetos, que se trasladaban en una camioneta Hylux, en casa de sus familiares, en Villa Roma. “Llegaron a dejar una copia (idéntica) de mi cédula y se la entregaron a mis familiares ordenándoles ‘díganle que ya lo tenemos controlado’”, narró Vanegas, mientras sostenía en sus manos las dos cédulas que ahora tiene.
El recorrido de las marchas contra el régimen
Pese a todas las amenazas, Alex Vanegas asegura que seguirá manifestándose, porque considera que lo que hace “es una nada” frente a todos los que dieron su vida por ver a una Nicaragua libre, es por ello que se siente “moralmente comprometido de retribuirles a los jóvenes ese apoyo”.
Vanegas cumple con su compromiso moral con los jóvenes llegando horas antes a las marchas. Empieza corriendo sobre la ruta trazada en las marchas y luego se une a la manifestación amarrado de pies y manos, así es como va brincando o trotando hasta llegar al punto final de la protesta. Durante el camino se le puede ver sonriendo a los demás autoconvocados, alzando su rótulo o entonando las consignas que suenan durante el trayecto.
“Muchos me creen loco o payaso”
En las manifestaciones pacíficas en las que participa, a Alex Vanegas varias personas se le acercan para regalarle agua o bebidas energizantes, pero otros que no están en la lucha por la justicia, la democracia y la libertad de Nicaragua lo ven como si estuviera loco. “Muchos me dicen que estoy loco, otros que soy un payaso, a lo que yo contesto que ´eso son las personas que están mandando a asesinar a jóvenes, a niños y que después dicen que no tienen nada qué ver, eso sí es payasada y locura para mí, pero mayoritariamente la gente me apoya´”.

Los mismos familiares de Vanegas están divididos. Unos “no me apoyan totalmente en la decisión de manifestarme de esta manera, pero otros por temor me aconsejan que deje de correr porque ya hice bastante, pero yo considero que no he hecho nada en realidad por esta causa”, relató.
Mensaje para Ortega y Murillo
Pero Vanegas tiene claro que seguirá manifestándose, pese a las críticas y amenazas, pues asegura que lo hace por todos esos jóvenes que “ya no pueden caminar, porque están muertos y ya no hay retroceso”.
Vanegas refiere que cada vez que porta su atuendo y apoya las marchas le está enviando un mensaje claro a Daniel Ortega y Rosario Murillo que es “que no nos amarren, que no nos callen, que nos dejen expresarnos libremente, yo considero que no hay ninguna justificación para que nos hagan esto. Yo les pido a ambos que usen la parte del raciocinio porque no tiene sentido que nos quieran regresar a esos tiempos de la edad media o de trogloditas, con tanto avance ya no deberían de estar actuando con esa mentalidad de años atrás”.

El anciano afirma que seguirá corriendo y que realizará nuevas acciones en las marchas, para animar a la población que llega triste a las protestas, obviamente, por la crisis que enfrenta Nicaragua. Vanegas pretende, en las próximas marchas, inflar un globo y pintar la cara de la muerte y explotarlo con una flor azul y blanco, en representación de que el pueblo continúa ganando la batalla cívica, pues a pesar de todo “le estamos reventando la chimbomba”, dijo en medio de risas.
La esperanza de este ciudadano, que pese a sus enfermedades de vejez corre por la justicia y la democracia, es “que Nicaragua será libre. Todos tenemos que tener confianza de que cívicamente, sin recurrir a las armas, le vamos a demostrar a Daniel que podemos conseguir la democracia”.