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Nicaragua celebró el aniversario XX de la Declaración sobre Defensores de Derechos Humanos con la comparecencia del relator especial de las Naciones Unidas, Michel Forst, quien, durante el evento, en el Aula Magna de la Universidad Centroamericana (UCA), expresó su preocupación por la situación que viven los defensores de derechos humanos en todo el mundo.
“Yo que viajo por el mundo y me reúno con los defensores de derechos humanos puedo decirles que el mundo es peligroso para los defensores de derechos humanos. Son víctimas de asesinatos, de homicidios políticos, son secuestrados, son víctimas de arrestos arbitrarios, son víctimas de campañas de desprestigio, de criminalización y he visto en estos países de la región (latinoamericana) todas las leyes que se han aprobado para tratar de obstaculizar el trabajo de los defensores, para tratar de impedirles que hagan su trabajo”, detalló el relator de las Naciones Unidas sobre la situación que viven los defensores.


Forst es funcionario de las Naciones Unidas pero ingresó a Nicaragua como académico para participar en la conferencia organizada por el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y otros movimientos de la sociedad civil que trabajan por los derechos de las mujeres, diversidad sexual, campesinos e indígenas.
El relator explicó que no ingresó al país en misión oficial porque todavía no recibe invitación de parte del Gobierno de Daniel Ortega, señalado en Nicaragua de impulsar campañas de desprestigio, intimidación, acoso, amenazas y represión contra defensores y defensoras de derechos humanos.
Las Naciones Unidas firmó su declaración sobre Derechos humanos hace setenta años en París. En el preámbulo de esa declaratoria se promueve un mundo donde las mujeres y los hombres pueden gozar de la libertad de palabra, de credo, ser libres de miedos, de la miseria, libres de creer o de hablar. Sin embargo, la realidad es otra. El relator de las Naciones Unidas se cuestionó si eso realmente se está cumpliendo “¿Es el caso hoy en día? Lamentablemente, no”.
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La Declaración de Defensores de los Derechos Humanos se adoptó el 9 de diciembre de 1998. Michel Fost especificó que, pese a que se reconoció y se estableció el instrumento de protección para los defensores, desde hace setenta años los hombres y mujeres defensores de derechos humanos se han levantado para defender los principios y valores contenidos en la declaración de los derechos humanos; no obstante, no han sido bien retribuido por la sociedad y los gobiernos. Forst resaltó el trabajo que hacen los defensores luchando por el acceso al agua potable, de la vivienda, trabajo, luchando contra la impunidad y contra la corrupción.
Situación de los defensores de Nicaragua


La situación que viven los defensores de derechos humanos de Nicaragua según la directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez de Escorcia, es “grave”. La defensora aseguró, ante la presencia del relator de la ONU, que los defensores tienen que lidiar con “hostigamientos, persecuciones de diferentes naturalezas, que incluye; amenazas, coacción, difamación, tortura, secuestro, calumnias, obstaculización con el cierre de espacios y persecución penal injustificada lo que constituye una verdadera criminalización para los defensores y defensoras de derechos humanos”.
Defensores nicaragüenses intentan obtener protección
La doctora Núñez aprovechó el evento del XX aniversario para anunciar que las organizaciones defensoras de derechos humanos impulsan la formulación y aprobación de unas políticas y normas jurídicas que los reconozca y propicie protección del Estado.
La presidenta del Cenidh señaló que hasta el momento Nicaragua no tiene un plan de derechos humanos y tampoco tiene una normativa que “establezca un procedimiento o protocolo que garantice el respeto a los defensores y reconozca el derecho de nosotros para defender derechos, nos hace falta ese instrumento”.
Ante la falta de esos instrumentos legales, que protejan a los defensores de derechos humanos, la comunidad internacional se ha mostrado preocupada, especificó Núñez.
También, las organizaciones defensoras solicitaron al relator de las Naciones Unidas que impulse la creación de un grupo de trabajo abierto para que la declaración de defensores sea el punto de partida para la elaboración de una convención que al aprobarse en Naciones Unidas tenga efectos vinculantes “para que todos los estados la ratifiquen se comprometan y obligar a aquellos que nunca cumplen a cumplir con sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos como lamentablemente es el caso de Nicaragua”, explicó la doctora Núñez.
Estados tendrían que respetar y proteger a los defensores de derechos


La abogada costarricense y directora del programa para Centroamérica, Marcia Aguiluz intervino en la conferencia para citar una frase extraída de la sentencia en el caso de la defensora nicaragüense María Luisa Acosta, que recibió un veredicto favorable por una demanda que interpuso contra el Estado de Nicaragua por falta de justicia en el asesinato de su esposo Francisco José García, hecho ocurrido hace 15 años, según acosta por venganza contra ella por su trabajo como defensora de las comunidades indígenas y afrodescendientes del Caribe.
“Los defensores de derechos humanos desempeñan un papel decisivo al documentar y dar a conocer violaciones de derechos humanos que suelen ser de grupos vulnerables o marginados de personas que no están en condición de defenderse. En muchos casos representan movimientos de base que están tratando de lograr cambios en sus comunidades, ayudan a asegurar que se haga justicia y que se observen las normas de los derechos humanos en su país. Y por ello es una inversión en el estado de derecho y la democracia, pues los defensores humanos pueden ser agentes de cambio que efectúan una contribución directa e indirecta al desarrollo sostenible y a la gobernabilidad de sus países”, leyó Aguiluz.
Para la defensora costarricense, en esa frase en primer lugar se reconoce la labor de los defensores, pero también se señalan obligaciones para el Estado de Nicaragua, las cuales aseguró que “lamentablemente, como suele ocurrir en muchas cosas, a veces estas declaraciones no necesariamente se traducen a una realidad. En la región y, lamentablemente, también en Nicaragua tenemos otro tipo de agresiones que no son necesariamente la muerte, pero tenemos hostigamiento, persecución, campañas de odio, de desprestigio, criminalización y lamentablemente cuando pasan esas cosas es muy poco lo que se hace para investigar, casi nunca sabemos quienes son los responsables”.
Aguiluz insistió en que la labor de los defensores y defensoras está relacionada directamente con la promoción y defensa de los derechos de manera individual o de manera conjunta, derechos de reunión, derecho de manifestación pacífica, derecho a denunciar y derecho a preguntarle al Estado qué está haciendo al respecto de estas cosas.
Sin embargo, la defensora puntualizó que muchos de esos reconocimientos y deberes quedan en el papel, “pues ya sabemos que es muy difícil que nuestros estados los cumplan y Nicaragua, lamentablemente, no es la excepción”.
Nicaragua tendría que aceptar asesorías para cambiar
La directora del programa para Centroamérica no descartó las esperanzas y la importancia de que el Estado de Nicaragua acepte la asesoría y concejo técnico del relator de las Naciones Unidas “para superar los problemas que, lamentablemente, vive Nicaragua”.
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