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En Nicaragua, la diabetes ocupa el segundo lugar entre las enfermedades crónicas de acuerdo con el censo de Enfermedades Crónicas y del Sistema de Atención Ambulatoria del Ministerio de Salud (Minsa) 2016. En León, se han diagnosticado a 3174 personas con diabetes mellitus, lo que representa un problema de salud pública.
Este contexto motivó a Visión Inclusiva a ejecutar el proyecto «Fortaleciendo relaciones, extendemos esperanzas» (Free), que promueve la creación de Clubs de Diabetes con el fin de enseñarle cómo cuidarse al paciente con diabetes tipo 2 para que evite complicaciones médicas.
Con este proyecto, que inició en mayo de 2016, más 220 personas se han organizado en cinco clubs, denominados La Fraternidad, Mántica Berio, Perla María Norori, Sutiava y Benjamín Zeledón. Sus integrantes acuden a los tres centros de salud de León y a una clínica previsional.
«La diabetes es una enfermedad de la que, si no se lleva un buen control, puede afectar diferentes órganos del cuerpo, por lo tanto, podría llegar a limitar la capacidad de funcionamiento frente al entorno de las personas que la padecen hasta el punto de provocarles una discapacidad», explicó Brenda Tapia, directora ejecutiva de Visión Inclusiva.
Cambiar hábitos
Los especialistas indican que el incremento de la diabetes «se debe, principalmente, a procesos, como la urbanización, los estilos de vida no saludable, el exagerado consumo de bebidas azucaradas y el sedentarismo».
Existen otros factores que no son modificables, como la edad y la herencia. Los nativos americanos tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes. No obstante, un cambio de hábitos podría evitar complicaciones y alargar la vida.
«Muchos elementos contribuyen al desarrollo de la diabetes, en especial, los hábitos alimenticios. Entonces, las personas deben conocer su padecimiento y tratarlo para evitar, incluso, amputaciones, como el pie diabético», afirmó Carmen Delgado, directora del Centro de Salud «Mántica Berio».
La funcionaria comentó que, una vez al mes, se reúnen los miembros del Club Mántica Berio, a quienes el personal médico les brinda, además de datos relevantes sobre su autocuido, una charla afectiva y psicológica debido a que «muchos pacientes, al conocer que padecen de diabetes, suponen que ya se van a morir, pero eso no es cierto».
Delgado aseguró que, aunque el proyecto —financiado por World Diabetes Foundation (WDF) y Handicap International mediante Visión Inclusiva — finalice en marzo de 2018, el centro de salud tratará de mantener activos los clubs.
«Estamos enfermos, no muertos»
María Rivas Zeledón, de 52 años, es secretaria del Club Mántica Berio, al que pertenece desde enero de 2017.
«Siempre nos dan charla sobre cómo cuidarnos los pies, aplicarnos la insulina, cuidarnos el chequeo médico. Nos ha beneficiado mucho, muchas cosas que antes no la sabíamos y el hecho de reunirnos una vez al mes es gratificante. Nos alienta a seguir adelante, a cuidarnos, a no darnos por vencido, (ya) que estamos enfermos, pero no muertos», manifiesta.
Debemos «vivir la vida porque, cuando se nos llegue el momento, no hay vuelta atrás, pero, mientras estemos vivos, hay que cuidarse y hay que cuidarse para no ser diabético», sugiere Rivas Zeledón.
El proyecto Free, también, ha fortalecido los conocimientos de, al menos, 300 estudiantes de tercer y cuarto año de la carrera de Medicina de la UNAN–León y UCAN, quienes se integraron en actividades comunitarias de promoción de estilos de vida saludable para la reducción de riesgos por diabetes mellitus tipo 2. Además, ellos han realizado presentaciones en la Jornada Universitaria.
Para conmemorar el Día Mundial de la Diabetes, el 14 de noviembre, el proyecto Free ha organizado una caminata y una feria con los cinco clubs y el personal médico.
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