El Colectivo de Mujeres de Matagalpa denunció que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través de la Procuraduría General de la República (PGR), se tomó los edificios de la cancelada Fundación María Cavalleri.
La confiscación de las propiedades de dicha Fundación se consumó este viernes, 19 de mayo, cuando al sitio se presentaron hombres identificados com camisetas de la PGR y tres personas más de civil que supuestamente levantarían un croquis de las instalaciones e identificación en mapas.
«Salieron de la propiedad sin dar mayores explicaciones del para que. Hoy 20 de mayo en horas de la mañana, la propiedad fue allanada por policías y civiles», explica la organización en la nota oficial.
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«Hoy se apropian de una propiedad legal que beneficia a todas las personas y al medio ambiente, es una violación a nuestro Cuerpo – Territorio, a nuestros derechos de ser y existir de forma coherente y armoniosa», añade.
Además, explican que esta confiscación es una «violación al aporte de construir colectivamente en beneficio de todas las personas y de este territorio-país».
Cancelación de la personalidad jurídica
La aplanadora de diputados orteguistas aprobó el dos de junio de 2022 la cancelación de la personalidad jurídica de la organización. El Colectivo de Mujeres de Matagalpa asegura que el cierre se dio bajo «falsos argumentos».
Afirma que la comunidad «puede dar testimonio como desde hace 20 años cuando fue creada la Fundación María Cavalleri ha sido un espacio de cuidados a la tierra y la naturaleza, de encuentros y cuido entre las personas, de intercambio cultural, promoción de la educación y creatividad con un centro de capacitación, biblioteca, un lugar abierto a cualquier persona y grupo».
Tras su cierre, la Fundación, a través de un comunicado, sostuvo que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo «quiere enterrar la libertad, los derechos, las personas, las cosas buenas. Nos quieren enterrar y no saben que somos semillas».
La entidad fue creada con la herencia que dejó la italiana María Cavalleri, una amante de la naturaleza, de la buena comida, los encuentros y la educación y una enfermera que aportó mucho a la salud de las mujeres nicaragüenses. Cavalleri trabajó como voluntaria en el país durante los años 80 y 90.