El exreo político Edward Enrique Lacayo Rodríguez, conocido como la «Loba feroz», expresó tras su libración no sentirse libre «porque Nicaragua sigue presa» por el régimen de Daniel Ortega.
Tras su liberación y destierro hacia Estados Unidos, por órdenes del dictador Daniel Ortega, «la Loba feroz» se reencontró el 10 de febrero, en Miami, con su hermana, la también opositora Karen Lacayo.
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A través de un breve vídeo, el exsecuestrado político afirmó que Nicaragua se ha convertido en una de las cárceles mas grandes de Latinoamérica, donde muchas familias siguen secuestradas».
«Todavía hay pesos políticos — en las diferentes cárceles del país— y que tenemos que abogar por ellos» refirió el opositor, quien el próximo 12 de marzo estará cumpliendo 38 años.
«Oportunidad para la unidad»
También enfatizó que la libertad de los más de 222 opositores es una oportunidad para la unidad de la oposición. «Lamentablemente tuvimos que asumir mucho, pero el mayor sufrimiento fue el de mi familia y de todos los nicaragüenses que han luchado por una Nicaragua libre».
«Sigamos en esta lucha, no nos olvidemos que es Dios quien nos liberó no fue un hombre, pero agradecemos al presidente de Estados Unidos — Joe Biden— que hizo los procedimientos necesarios», agregó.
En cuanto al destierro al que fue sometido por parte de Daniel Ortega, Edward Lacayo dijo no perder la esperanza de regresar a «una Nicaragua en libertad permanente, sin ninguna represión».
El opositor, originario del barrio Cuatro Esquina, en Masaya, estuvo cautivo desde el 15 de marzo de 2019 en El Sistema Penitenciario Jorge Navarro de Tipitapa, conocido como «La Modelo», obligado a pagar una condena de prisión de 15 años por los supuestos delitos de crimen organizado y transporte de droga.
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Luego de casi cuatro años de encierro, Lacayo fue incluido en una lista de 222 secuestrados políticos que la dictadura liberó y despojó de su nacionalidad, desterrándolo hacia Estados Unidos.
En una comunicación con Artículo 66 Lacayo indicó que «de lo único que podían culparme es amar a mi país. Toda mi vida he trabajado, nunca he consumido ninguna sustancia prohibida, mucho menos venderla, pero el régimen lo único que puede hacer es inventar delitos comunes».
Durante el encierro del ahora desterrado político, sus familiares fueron víctimas de asedio, amenazas y hostigamiento por parte de la Policía y paramilitares alérgico del régimen de Ortega, obligando a su hermana, Karen Lacayo, a exiliarse en Estados Unidos.