En la homilía de este cuarto Domingo de Pascua, el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, exhortó al pueblo de Nicaragua a no tener una «mirada de odio» contra su prójimo y llamó a perdonar, «como Cristo ha perdonado».
«Hoy el santo padre nos dice que qué hermoso que podamos tener la mirada de Jesús y podamos tener hacia la otra persona una mirada de amor, una mirada misericordiosa y no una mirada de odio», señaló el prelado.
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Aludiendo a la historia bíblica de la persecución que sufrieron los apóstoles Pedro y Bernabé por predicar la palabra de Dios y relacionándolo con las recientes acciones del régimen de Daniel Ortega, que quiere procesar y encarcelar a sacerdotes, el cardenal expresó que «hay personas con falsos testimonios como lo usaron con Jesús».
«Hay personas que siguen con palabras grotescas, atacan a los que hoy pueden ser Pablo y Bernabé, pero la Iglesia no la llevamos nosotros los hombres, la Iglesia la lleva el Espíritu Santo y la Iglesia va ir siempre adelante, en medio de calumnias, en medio de persecuciones, en medio de maltratos, porque Dios prometió que estaría con nosotros hasta el fin del mundo», afirmó.
En referencia a la paz que promulga la dictadura de Nicaragua, el jerarca subrayó que no se puede ser un agente de paz «si no hay paz en mi corazón, porque mentiras serán acciones bonitas pero las acciones serán otras cosas porque del corazón salen esas acciones que se hacen realidad a través de nuestros labios y a través de nuestras manos».
El cuatro de mayo, se aprobó una iniciativa que señalan que las «víctimas del golpismo» demandan «justicia para con los religiosos y directores de organizaciones de derechos humanos» de Nicaragua. Por lo tanto, solicitan una «investigación exhaustiva» para que sean juzgados por «traición a la patria».
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Además, insisten en investigar a las comunidades o asociaciones religiosas que se «involucraron en la aventura golpista» de 2018. En el documento proponen abrir un proceso contra el Colegio San José de Jinotepe por apoyar a los nicaragüenses que protestaban contra la administración de Ortega.
Por otra parte, el religioso cuestionó el hecho de que un ser humano mire con odio a su prójimo, «quizás porque tiene un corazón enfermo, solamente de un corazón enfermo pueden salir tantas cosas negativas».
«Debemos de orar para que el Señor cure nuestros corazones, convierta nuestros corazones y que nosotros podamos tener esa experiencia de la actitud de Jesús, manifestación del amor del Padre», enfatizó.
En referencia al trabajo sacerdotal, Brenes instó a los obispos y sacerdotes a no «ser jueces». «Nos dice el papa que en el momento de la confesión no seamos jueces, sino ministros de compasión, ministros de misericordia, que el confesionario no sea un lugar de tortura sino un lugar en el cual las personas reciban la gracia del perdón, el amor y la misericordia. El sacramento de la reconciliación, el gran sacramento de amor y misericordia de parte de Dios».
En 2018, la Iglesia católica de Nicaragua sirvió como mediadora en el intento de diálogo nacional entre el régimen de Ortega y la oposición de Nicaragua, sin embargo el orteguismo se ha distanciado y ha atacado a líderes religiosos, por estar a lado de las víctimas de la represión.