La Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) urgió a la Organización de los Estados Americanos (OEA) que convoque a una reunión de consultas de ministros de relaciones exteriores y considere la aplicación de la Carta Democrática Interamericana del organismo a Nicaragua.
Esta solicitud del órgano opositor nicaragüense se da tras las acciones del régimen de Nicaragua contra la delegación diplomática del foro continental. El domingo, 24 de abril, anunció que expulsaba a la misión de la OEA del país. Ese mismo día ordenó «resguardar» el edificio sede del organismo, dos días después oficializó la expropiación del inmueble a través de la Procuraduría General de la República (PGR).
«Exhortamos a ese honorable organismo a responder con energía y contundencia ejemplarizantes, conscientes de que lo acontecido en Managua en los últimos días constituye una afrenta intolerable y una amenaza a todos y cada uno de los estados miembros, y que pone en peligro el principio de inviolabilidad de las legaciones diplomáticas recogidas en la Convención de Viena», señala un comunicado del bloque de oposición.
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«La situación en Nicaragua ya ha sobrepasado los umbrales de urgencia y gravedad que justifica la convocatoria de una reunión de consulta de ministros de relaciones exteriores bajo el artículo 61 de la Carta de la OEA, sin perjuicio de consideración de aplicar también los artículos 20 o 21 de la Carta Democrática Interamericana», agrega.
La Unab asegura que el dictador Ortega «pretende obviar sus ineludibles obligaciones de cumplir estrictamente con los acuerdos internacionales, las resoluciones y los instrumentos del Sistema Interamericano en materias de derechos humanos y de respeto a los principios y valores democráticos consagrados en los mismos».
Con estas decisiones de la dictadura, según el grupo opositor, Daniel Ortega y Rosario Murillo «están convirtiendo nuevamente» a Nicaragua en un país «paria cuyo aislamiento se profundiza con cada minuto que pasa».
Ni Somoza expropió a la OEA
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, indicó que la confiscación de la sede del organismo en Managua «es un antecedente peligroso» y pidió «actuar ya sino queremos que mañana sean otros los perjudicados».
Manifestó que la confiscación de facto de las instalaciones, documentos y bienes de la sede del organismo continental es una «acción moralmente repudiable, jurídicamente lamentable y más lamentable, aún, las actitudes del régimen contra su pueblo».
Almagro señaló que el régimen de Managua «decidió la expropiación de las oficinas del edifico de la OEA que ocupaban parte del mismo, se entra ilegalmente a una oficina protegida por inmunidades y se expropia ilegítimamente una propiedad como pretendida sanción a la OEA cuando ese edifico es de nuestra propiedad. La OEA solo arrienda parte del mismo».
El titular de la OEA afirmó que ni los peores dictadores de América, incluidos los Somoza, «jamás tomaron medidas como esta». Además, que lo que ocurre en con sus oficinas en Managua abre un precedente que «de ser tolerado puede llevar a los peores atropellos a cualquier organización internacional o sede diplomática».