Con información de AFP / Artículo 66
Irán lanzó el domingo una nueva salvación de misiles contra Israel en un ataque dirigido a centros de reabastecimiento de aviones de combate, afirmaron los Guardianes de la Revolución, ejército ideológico de la República Islámica.
«Las instalaciones de producción de combustible para los aviones de combate y centros de aprovisionamiento de energía (…) fueron atacados por drones y misiles», indicó el cuerpo de élite iraní en un comunicado.
Una serie de explosiones fueron escuchadas el domingo en la capital de Irán por periodistas de la AFP alrededor de las 02H30 locales (23H00 GMT), sin que se conozca de inmediato su origen y en medio de los ataques militares entre la República Islámica e Israel.

Irán lanzó durante la noche del sábado al domingo una nueva salva de drones y misiles contra Israel, en represalia por los ataques que ese último hace desde el viernes en territorio iraní. Dos depósitos de combustible en Teherán fueron los principales objetivos de Israel.
Los ataques feroces de las últimas 24 horas
La guerra no declarada entre Irán e Israel entró en una nueva y peligrosa fase en las últimas 24 horas, con ataques directos de uno y otro lado que han causado decenas de muertos, heridos civiles y daños significativos en infraestructura militar clave, incluyendo bases de reabastecimiento aéreo de Israel.
Durante la madrugada de este sábado, Irán lanzó una nueva ofensiva balística y de drones, como parte de su operación denominada «Promesa Verdadera III». Según el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), el objetivo principal fue atacar «instalaciones críticas de la aviación israelí», específicamente centros logísticos de reabastecimiento de combustible para aviones de combate.
Los misiles de medio y largo alcance impactaron en distintas regiones del centro y norte de Israel. Fuentes militares confirmaron que las bases atacadas abastecen a unidades aéreas operativas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Aunque el sistema antimisiles Iron Dome interceptó gran parte del arsenal iraní, al menos una decena de proyectiles logró eludir las defensas.
Las explosiones causaron pánico en ciudades como Tel Aviv, Haifa y Beerseba. En la ciudad de Tamra, en Galilea, un misil impactó directamente en una vivienda, provocando la muerte de tres personas. El balance oficial hasta el momento es de siete muertos y más de 40 heridos en territorio israelí.
Israel respondió con una serie de bombardeos nocturnos en Teherán y otras ciudades iraníes. Aviones de combate realizaron ataques de precisión contra depósitos de hidrocarburos, centros logísticos y el Ministerio de Defensa iraní. En la capital, el distrito de Shahran fue escenario de intensas explosiones. Un depósito de petróleo estratégico quedó completamente en llamas.
Medios estatales iraníes y agencias internacionales como AFP y Al Jazeera han reportado al menos 78 muertos y más de 320 heridos a causa de los bombardeos israelíes. Varias víctimas son civiles que habitaban zonas cercanas a instalaciones militares.
Equipos de rescate trabajaron durante la noche en medio de los escombros. Las autoridades sanitarias iraníes confirmaron que hospitales en Teherán y Kermán están desbordados y se han activado planes de emergencia.
Ambos gobiernos sostienen que no buscan una guerra abierta, pero la escala y naturaleza de los ataques indica lo contrario. Irán ha advertido que esta no será su última respuesta, mientras el gabinete de guerra de Israel permanece en sesión permanente.
A nivel internacional, la ONU ha convocado una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad. Las negociaciones nucleares indirectas entre Irán y Estados Unidos, previstas para este fin de semana en Omán, fueron suspendidas.
Este nuevo intercambio se da apenas una semana después de la operación israelí “Rising Lion”, en la que más de 100 objetivos iraníes fueron golpeados, incluyendo sitios nucleares y centros del IRGC. Ahora, con el ataque iraní a infraestructura de abastecimiento aéreo israelí y la respuesta contra instalaciones gubernamentales iraníes, la confrontación ha escalado a niveles sin precedentes.
La comunidad internacional observa con preocupación. La posibilidad de que terceros actores, como Hezbollah en Líbano o milicias aliadas de Irán en Siria e Irak, entren en la ecuación, podría desatar un conflicto regional mayor. Mientras tanto, millones de civiles en ambos países viven bajo sirenas, refugios y amenazas de nuevos bombardeos.