El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo inauguró este viernes en la comunidad de Apante, Matagalpa, un centro de atención a personas con adicciones, presentado oficialmente como un acto de servicio y amor a las familias nicaragüenses. Lo que la dictadura no menciona es que el inmueble utilizado para este nuevo centro, llamado «Nuevos Días», fue confiscado a la iglesia evangélica Puerta de la Montaña, cuyos líderes fueron encarcelados y posteriormente desterrados en septiembre de 2024.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo sentenció a los religiosos del Ministerio Puerta de la Montaña a cumplir penas de entre 12 y 15 años de prisión y a pagar una multa de 80 millones de dólares por persona.
La propaganda oficialista ha publicado con algarabía la inauguración del centro como un esfuerzo «humanista» y «solidario» del «Buen Gobierno». Difundieron declaraciones del alcalde sandinista de Matagalpa, Sadrach Zeledón y del secretario político del FSLN, Pedro Haslam, quienes exaltaron la «sensibilidad» de Ortega y Murillo para atender la salud mental y emocional de la población. También participaron funcionarios del Ministerio de Salud y supuestos representantes de una organización llamada Fundación Nuevos Días, que ahora se adjudica la administración del recinto.
El lugar, sin embargo, no es un centro nuevo ni una infraestructura del Estado. Se trata del antiguo Rancho Colibrí, sede del ministerio evangélico Puerta de la Montaña, una organización cristiana con capital estadounidense que operó en Nicaragua desde hace años. La finca, de características campestres, funcionaba como centro nacional de retiros, formación pastoral y encuentros espirituales. Según confirmó a 100% Noticias el pastor Walner Blandón —uno de los once misioneros de esta iglesia que fueron encarcelados en diciembre de 2023 y luego desterrados a Guatemala en septiembre de 2024— la propiedad estaba valorada en al menos 1.8 millones de dólares y era utilizada gratuitamente por congregaciones de todo el país.
«Ese era el centro de entrenamiento de nuestro Ministerio Puerta a la Montaña en Matagalpa, llamado Rancho Colibrí. Allí la iglesia pasó tiempos de gloria y también se le daba de gratis a toda la iglesia del país para que hiciera su retiro, ya que en Vida Joven y en diferentes lugares turísticos, la iglesia no podía pagar», explicó Blandón al medio independiente. «Yo decidí, en calidad de representación del Ministerio, dar de gratis para que todas las familias de fe pudieran acceder a un rancho de lindas condiciones sin que pagaran nada», añadió.

Otro pastor matagalpino que habló con Artículo 66 bajo compromiso de mantener en reserva su identidad, describió la finca como un complejo con caballerizas, parqueo, salones de reunión, plantaciones de café y más de una docena de habitaciones acondicionadas para alojar a líderes y pastores evangélicos de todo el país. La propiedad era considerada un centro neurálgico de operación espiritual y logística para Puerta de la Montaña, con sede principal en Estados Unidos.
De centro espiritual a negocio estatal disfrazado de rehabilitación
El nuevo uso que la dictadura le da a esta propiedad confiscada no solo implica un robo, sino también una reconversión comercial. A pesar del discurso público que presenta el «Centro Nuevos Días» como gratuito y solidario, la realidad es que los servicios de rehabilitación serán cobrados a las familias y estarán bajo la administración de una fundación privada, cuyo origen y estructura legal son desconocidos.
En el acto inaugural, voceros del régimen indicaron que la Fundación Nuevos Días es responsable del centro y opera en coordinación con el Ministerio de Salud, aunque no hay registros oficiales ni datos públicos sobre esta organización. La psicóloga Blanca Vallecillo, nombrada como directora del centro, afirmó que el modelo será autosostenible, que el ingreso será voluntario, y que los pacientes deberán estar sobrios al menos una semana antes de solicitar admisión. Las terapias, según dijo, serán individuales, grupales y familiares, y el tratamiento durará entre tres y seis meses.

Este modelo contrasta con el uso previo del Rancho Colibrí, donde los retiros y capacitaciones se brindaban sin ningún tipo de cobro, según testimonios de sus fundadores. La decisión del régimen de utilizar la propiedad sin autorización de sus legítimos dueños, y convertirla ahora en una fuente de ingresos bajo el control de una supuesta fundación afín al FSLN, pone en evidencia una estrategia ya conocida: la instrumentalización del sistema de justicia para reprimir a organizaciones religiosas independientes, encarcelar a sus líderes y apropiarse de sus bienes.
Confiscación religiosa bajo el disfraz de salud pública
La ocupación de esta finca es parte de la embestida represiva y confiscatoria del régimen sandinista contra iglesias evangélicas y católicas que no se alinean con el discurso oficial. Desde 2022, el gobierno ha cerrado, perseguido o expulsado a centenares de organizaciones religiosas, confiscando sus templos, colegios, centros de retiro y terrenos productivos. El caso de Puerta de la Montaña se convirtió en uno de los más emblemáticos: 11 pastores fueron capturados en diciembre de 2023, acusados sin pruebas por el supuesto delito de lavado de dinero, y luego fueron desterrados sin derecho a regresar.
La inauguración del centro «Nuevos Días» en el antiguo Rancho Colibrí representa, para las víctimas, una doble humillación: no solo se les arrebató su lugar de culto y misión, sino que ahora su legado espiritual es presentado como una obra de caridad estatal por el mismo régimen que los encarceló.