El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo recibió las cartas credenciales de los embajadores de Malasia y Sudáfrica en un nuevo intento por fortalecer las relaciones diplomáticas con países alejados de la región, debido al aislamiento internacional al que está sometido, y pese a que estos no compartan relaciones económicas y comerciales con Nicaragua.
Muhammad Radzi bin Jamaludin, de Malasia, y Beryl Rose Sisulu, de Sudáfrica, entregaron sus cartas de estilo al ministro de Relaciones Exteriores, Valdrack Jaentschke, el pasado 20 de marzo. Estas fueron publicadas este miércoles 26 en los Acuerdos Presidenciales 50-2025 y 51-2025 en La Gaceta, Diario Oficial de Nicaragua.
Nicaragua y Malasia quedan en saludos diplomáticos
Las relaciones entre Malasia y Nicaragua se limitan únicamente al respaldo diplomático en foros internacionales entre la dictadura de Ortega-Murillo y el sultán Ibrahim Ismail de Johor, quien en varias ocasiones ha enviado «saludos» con motivo del aniversario de la revolución sandinista y las fiestas patrias.

El rey malayo, aliado de los Ortega, es considerado uno de los monarcas más ricos y excéntricos del mundo. Su fortuna ronda los 800 millones de euros (unos 862 millones de dólares), posee 300 autos de lujo y una colección de jets privados. El sultán, al igual que el régimen de Nicaragua, se ha propuesto asegurar la fidelidad de los altos mandos del ejército aumentando su presupuesto.
Malasia y Nicaragua estrecharon relaciones desde 1993, pero es hasta el gobierno sandinista que dichas relaciones buscan ser recuperadas. Bin Jamaludin es embajador concurrente desde Cuba.
Aliado del régimen orteguista en Sudáfrica, acusado de corrupción
En el caso de Sudáfrica, la relación comercial con Nicaragua no tiene registros públicos. Según el sitio web Africa Infomarket, en 2012 las exportaciones de Nicaragua hacia África alcanzaron los 5,57 millones de dólares, mientras que sus importaciones se contabilizaron en 2,49 millones, muy por debajo de las realizadas por Panamá y Costa Rica, que exportaron 58,81 y 17,19 millones de dólares, respectivamente.

Hasta 2025, las relaciones entre Sudáfrica y Nicaragua se limitaban a acuerdos de amistad y cooperación entre instituciones gubernamentales de ambos países. El mandatario aliado de los Ortega en Sudáfrica, Matamela Cyril Ramaphosa, está acusado de violar la Constitución y de corrupción por malversación de fondos; sin embargo, cuenta con el respaldo de su bancada, por lo que no ha enfrentado la justicia en su país.
Nicaragua y Sudáfrica establecieron relaciones diplomáticas en 1995. Sisulu es embajadora concurrente para Nicaragua desde México.
Ortega busca legitimidad y respaldo
La dictadura bicéfala ha establecido relaciones diplomáticas con 54 países africanos en un intento desesperado por aparentar respaldo internacional y legitimidad ante el aislamiento que enfrenta en la región. Sin embargo, queda lejos de conseguirlo, pues solo cuenta con seis embajadores empíricos que atienden 19 países.
En el caso de los países del sudeste asiático, el régimen ha creado alianzas con Filipinas, Singapur, Malasia, Indonesia y Vietnam, para los que nombró al exdirigente de la UNEN, Mario Armengol, como embajador plenipotenciario. Aún está por verse si Armengol también será designado embajador en el resto de países del sudeste asiático, con los que el régimen ya ha expresado su voluntad de estrechar relaciones.
Opositores y analistas políticos nicaragüenses aseguran que el orteguismo apuesta por alianzas decorativas con países con los que tiene cierta afinidad política con el objetivo de conformar un bloque de aliados que no le reclamen las violaciones a los derechos humanos y que puedan apoyarlo en votaciones en foros internacionales, como las Naciones Unidas.