«María», de 58 años, en diciembre de 2020 fue diagnosticada con Covid-19 en un hospital capitalino del Ministerio de Salud (Minsa) de Nicaragua. Sin embargo, no le hicieron pruebas y solo fue enviada a su casa bajo «seguimiento responsable y cuidadoso». Casi cuatro años después desde lo que considera «un mal diagnóstico» decidió relatar su vivencia a Artículo 66 «para ver si no vuelve a ocurrir».
«Recuerdo que esa vez me fui a la consulta porque no aguantaba. Me preguntaron los síntomas y le dije que tenía fiebre, dolor de cabeza, cuerpo. Me sentía sin fuerzas, se me quitó el hambre, no podía levantarme de la cama y sin hacerme pruebas me dijeron que podía ser Covid-19. Me mandaron a aislarme en la casa y me dieron esas pastillas de caballo (Ivermectina)», relató «María».
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La mujer, que se dedica a comercializar verduras en barrios capitalinos, afirma que pasó por cinco días aislada en un cuarto «del fondo» de su casa.
«Es un cuarto de láminas de zinc, caliente durante el día, es un horno, pero ahí estuve sin poder salir casi una semana. Me deshidraté, el dolor no paraba, me dieron nauseas esas pastillas que me mandaron a beber y los vecinos a uno lo discriminaban porque todos pensaba que era cierto que tenía covid», recordó María.
«¿Cómo amaneció?, la pregunta favorita de los del Minsa»
La ciudadana asegura que pese a que seguía el tratamiento del Minsa al pie de la letra, se aisló de su familia, usaba mascarilla y ningún otro miembro se enfermó en la vivienda, su salud no mejoraba.
«Mi mamá, que es una anciana ya de 75 años, me vio tan mal que la pobre ya no sabía qué hacer. Le habló a varias amistades, les dijo que yo estaba mal, hasta que encontró a un ángel, porque eso creemos nosotras, que fue un ángel, porque yo no me podía levantar, pero no había perdido el gusto ni el olfato, y esas pastillas no me hacían nada, entonces ese ángel nos recomendó a un doctor, que cobró caro, pero que su diagnóstico fue efectivo, con la primera dosis de la medicina que mandó yo ya estaba mejor», relató «María».
A la mujer le practicaron exámenes de sangre, orina y placas, para verificar la condición de sus pulmones, ya que no presentaba ningún signo de dificultad respiratoria, a diferencia de lo que es usual en pacientes con covid-19, y esto, confirmó «María», comprobó al médico privado que se trataba de una infección renal a la que combatió con inyecciones.
«María» afirma que, aunque hubiera tenido covid-19, el Minsa no le dio un buen «seguimiento», «responsable y cuidadoso» como el que se siguen jactando a través de la propagando oficialista.
Explicó que en esa semana, en la que falsamente pensó que tenía covid-19, los funcionarios que llegarona a visitarla ni siquiera ingresaban a su vivienda, desde fuera preguntaban ¿cómo está? y muchas veces molesta les respondió que igual, increpándolos sobre qué más le darían para mejorar su salud.
«Una vez mi mamá los trató porque solo me sabían preguntar que cómo estaba, como que no miraban que seguía tumbada en una cama, casi no entraban, no me tomaban ni la presión, menos de eso que hacen ahora más reciente que es tomar el nivel de oxígeno en sangre, nada, nada de eso hacían, solo pasaban por no dejar, pero no hacían nada, era quizás solo para ver si no me había muerto», apuntó «María».
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Desde el inicio de la pandemia del covid-19 en Nicaragua, en marzo de 2020, el manejo que hizo el orteguismo dejó mucho que desear y fue ampliamente criticado a nivel nacional e internacional. En abril de 2020, tras pocas semanas del inicio oficial de la pandemia en Nicaragua, Human Rights Watch apuntó que las políticas gubernamentales en Nicaragua contradecían «descaradamente los consejos de los especialistas en salud a nivel global y ponen en riesgo la salud y la vida de los nicaragüenses», recordando en ese entonces que el orteguismo no había tomado medidas para evitar aglomeraciones y tampoco había presentado un plan para atender dicha emergencia de salud.
«Mientras el mundo hace frente a la pandemia más grave del último siglo, el Presidente (Daniel) Ortega no ha aparecido públicamente y su gobierno actúa temerariamente, evitando adoptar las medidas básicas de prevención que recomiendan los expertos en salud pública”, destacó José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch en ese entonces.
Desde marzo de 2020 hasta el 24 de septiembre de este año, según el último reporte del Minsa, en Nicaragua se han «atendido y dado seguimiento responsable y cuidadoso a 16,199 personas». En la última semana, del 17 al 24 de septiembre, las autoridades de salud, como de costumbre, solo reportaron un caso confirmado de covid-19, al que indicaron que han «atendido y dado seguimiento responsable y cuidadoso».