Estadísticas del Ministerio de Salud de Nicaragua indican que en 2023 murieron 278 mujeres debido a tumores malignos en las mamas, mientras que otras 225 fallecieron a causa del cáncer de cuello uterino.
Estas cifras reflejan la dura realidad que afecta a miles de familias en el país, y a pesar de los esfuerzos por combatir estas enfermedades, los desafíos persisten.
El tener un paciente diagnosticado y en tratamiento de cáncer de mama o cérvico uterino representa un desgaste emocional, psicológico y económico para todos los miembros de la familia.
Una Historia de Dolor y Lucha
Katy, una adolescente de 17 años, ha visto cómo su vida dio un vuelco cuando su madre fue diagnosticada con cáncer de cuello uterino.
La enfermedad se reveló después de que su madre sufriera una hemorragia intensa, lo que la llevó a buscar atención de emergencia en un hospital de Managua. «Le dijeron los médicos que la tienen que operar. Sin embargo, el sangrado constante y la variación en su presión arterial, no ha permitido que le practiquen el procedimiento», cuenta Katy, con mucha preocupación.
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La situación económica de la familia de Katy es precaria. Su padre, albañil de profesión, es el único sustento de la familia, pero sus ingresos son inestables y dependen de la disponibilidad de trabajo. «Estamos recibiendo el apoyo de una tía, pero el miedo de lo que pueda ocurrir con mi madre es grande», explica la joven, reflejando la angustia que siente ante la incertidumbre.
Cifras Alarmantes
El cáncer cervicouterino es la principal causa de muerte relacionada con la salud sexual y reproductiva en las mujeres nicaragüenses, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en 2021.
A pesar de los avances que el régimen de Daniel Ortega afirma haber logrado en la prevención y tratamiento de esta enfermedad, los datos del Ministerio de Salud muestran que la cantidad de mujeres fallecidas se ha mantenido prácticamente inalterada en los últimos años.
En 2018, 277 mujeres murieron por cáncer de cuello uterino, una cifra que se mantuvo igual en 2023, lo que subraya la persistencia del problema y la necesidad de un enfoque más efectivo y accesible para todas las mujeres nicaragüenses.
La Esperanza en la Detección Temprana
A pesar de este panorama sombrío, hay esperanza. La detección temprana del cáncer de mama y del cáncer cervicouterino puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Marbelí, una joven de 25 años originaria de Estelí, es un ejemplo de ello.
El año pasado, le detectaron una anormalidad en una de sus mamas, que resultó ser un quiste pre cancerígeno. «Busqué atención porque durante un buen tiempo un pecho me dolía demasiado. No aguantaba ni el sostén. Después se me puso enrojecido y no podía ni levantar la mano», relata Marbelí, quien agradeció haber buscado ayuda a tiempo.
La ginecóloga Egdelia Moraga, de Estelí, subraya, en un medio de comunicación local, la importancia de la detección temprana. «Las mamografías regulares y la autoexploración mamaria pueden ayudar a identificar signos tempranos y mejorar las tasas de supervivencia», afirma.
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Además, insiste en la importancia de la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) y en la realización regular del examen de Papanicolaou para prevenir el cáncer cervicouterino.
Factores de Riesgo y Prevención
La prevención del cáncer en Nicaragua enfrenta desafíos adicionales debido a factores de riesgo como el consumo de tabaco, el alcohol, la inactividad física, el sobrepeso, y el uso prolongado de anticonceptivos orales.
El Instituto Nacional del Cáncer de España ha señalado que las mujeres que fuman o están expuestas al humo de segunda mano tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino. Además, el uso de anticonceptivos orales durante más de cinco años aumenta significativamente el riesgo de cáncer de mama y de cuello uterino, aunque disminuye el riesgo de otros tipos de cáncer como el de ovario y el de colon.
Un estudio internacional que analizó los datos de más de 150,000 mujeres concluyó que aquellas que han usado anticonceptivos orales alguna vez tenían un 7% (10,500 mujeres) más de riesgo de desarrollar cáncer de seno en comparación con las que nunca los habían utilizado.
Este riesgo es aún mayor para el cáncer de cuello uterino, con un aumento del 60% para mujeres que han usado anticonceptivos orales entre cinco y nueve años, y un riesgo duplicado para aquellas que los han usado por más de una década. Sin embargo, el estudio también reveló que el riesgo disminuye gradualmente una vez que se deja de usar estos anticonceptivos.
La Lucha por una Mejor Atención
Muchas organizaciones no gubernamentales, entre ellas Caritas Diocesanas de Estelí que mantenía programas de prevención y atención de cáncer y otras enfermedades en las mujeres, fueron canceladas por el régimen Ortega-Murillo, lo que deja en mayor vulnerabilidad a muchas mujeres del norte de Nicaragua.
Ahora es una lucha que según la dictadura sandinista mantiene solo con el apoyo de Organismos de Naciones Unidas que aún quedan, pero la realidad muestra que aún queda mucho por hacer.
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La atención médica en Nicaragua, especialmente para las mujeres de bajos recursos, sigue siendo un desafío. El acceso a pruebas de detección temprana, tratamientos adecuados y atención continua es limitado, y muchas mujeres, como la madre de Katy, enfrentan obstáculos que ponen en riesgo su vida.
La historia de Katy y Marbelí son un reflejo de la lucha diaria de muchas mujeres en Nicaragua, una lucha que requiere de un compromiso más fuerte y sostenido por parte de las autoridades y la sociedad en general.
Es fundamental que se fortalezcan los programas de detección temprana y se garantice el acceso a tratamientos efectivos para todas las mujeres, independientemente de su situación económica.
Un Llamado a la Acción
El cáncer de mama y el cáncer cervicouterino son problemas graves que afectan a las mujeres nicaragüenses, pero son enfermedades que se pueden prevenir y tratar si se detectan a tiempo.
La detección temprana, la educación sobre factores de riesgo y el acceso a servicios de salud de calidad son fundamentales para reducir la mortalidad por estas enfermedades.
Es necesario actuar con urgencia para mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento del cáncer en Nicaragua, y para garantizar que ninguna mujer pierda la vida por falta de acceso a la atención médica que necesita.
Según un médico de Estelí que prefirió no decir su nombre y quien refiere que existen demasiadas deficiencias en la atención y falta de interés en muchos sectores sociales en este tema, incluyendo organismos que trabajan con la mujer desde el exterior.
El camino hacia la mejora en la lucha contra el cáncer en Nicaragua es largo y está lleno de desafíos, pero con un enfoque integral y un compromiso genuino, es posible salvar vidas y ofrecer esperanza a miles de mujeres y sus familias.