El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó su primera perorata luego de ser oficializado como «ganador» en las votaciones presidenciales del pasado domingo, y lo hizo denunciado un supuesto intento de golpe de Estado contra su régimen, acto seguido amenazó a los opositores que apoyaron a las «guarimbas» y finalmente firmó un decreto convocando a un diálogo nacional condicionado a un requisito: reconocerle su nuevo periodo presidencial.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), bajo control total de Maduro, oficializó, este lunes, a su jefe político, Nicolás Maduro Moros, como ganador de las votaciones presidenciales del domingo, pero no dio detalles del escrutinio.
La oposición ha desconocido las cuentas que presentaron las autoridades electorales que atribuyen más del 51% a Maduro y el 34% para el candidato de la oposición, Edmundo González.
Durante el acto de confirmación de los resultados, aún incompletos, que ofreció el CNE, Maduro aseguró que la oposición, junto con medios de comunicación internacionales, estaban fraguando un plan que inició desde el 26 de junio, para desatar actos de violencia en Venezuela, que terminarían en un supuesto «plan de golpe de estado».
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En ese contexto, el dictador venezolano aseguró que tiene mucha información sobre ese supuesto complot, pero no mencionó nombres ni cuál sería concretamente la estrategia que seguirían los complotados.
Lo que sí dijo muy claro es que van contra opositores que apoyaron la campaña de la Plataforma de Unidad Democrática, encabezada por el candidato Edmundo González Urrutia y la líder opositora María Corina Machado».
«Los que intentaron provocar violencia, los que realizaron pintas en las casas de familias chavistas, los que apoyaron a los guarimbas, vamos por ustedes», dijo amenazante el dictador.
Diálogo nacional condicionado
Y luego de hacerse la víctima y amenazar, Maduro anunció que este mismo lunes estaba firmando un decreto para convocar a un «diálogo nacional» con todos los sectores de la sociedad venezolana, pero dicho diálogo está condicionado a que lo reconozcan a él como presidente.
«Hay un solo requisito para participar en este diálogo, y es reconocer al gobierno de Venezuela», sentenció Maduro.
Los resultados de las votaciones en las que el exsindicalista y, desde hace 11 años, dictador de Venezuela se está autodesignando para gobernar hasta el 2031, no son reconocido por la oposición, y, hasta ahora, al menos mas una decena de países latinoamericanos, y EE.UU. han expresado sus dudas sobre la veracidad de las cuentas que está dando el CNE y por tanto no reconocen el nuevo periodo presidencial.
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Tras el fraude electoral, Maduro se debate entre el desconocimiento del mundo democrático y el reconocimiento sólo de países con gobiernos de izquierda o totalitarios como Nicaragua, que fue el primero en reconocerlo, menos de una hora después del anuncio del resultado fraudulento, lo hicieron Honduras, China, Rusia, Cuba, Irán, Bielorrusia, y algunos estados africanos como Guinea, República Árabe Saharaui Democrática, entre otros.
México espera conteo transparente
En el caso de México, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que ya va de salida, inicialmente dijo que reconocería el nuevo periodo presidencial de Maduro, pero unas horas después, a través de un comunicado de prensa, el gobierno mexicano dejó claro que está esperando que sean contadas todas las actas y que se respete la voluntad popular.
«México se mantiene atento al conteo final de actas e informes detallados del Consejo Nacional Electoral de ese país para conocer los resultados finales», dice el comunicado mexicano.
Agrega que «apegado a sus principios constitucionales de política exterior, con pleno respeto a la soberanía de Venezuela y a la libre determinación de los pueblos, México confía en que la voluntad del pueblo venezolano expresada en las urnas sea respetada mediante un proceso de escrutinio transparente».