En busca de fortalecer sus relaciones diplomáticas con sus aliados del Medio Oriente, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través de la Asamblea Nacional, aprobó un nuevo acuerdo bilateral con Qatar que exime de requisitos de visa a los titulares de pasaportes ordinarios de ambos países.
Mediante el Decreto A.N. No. 8883, publicado el viernes, 21 de junio, en La Gaceta, el gobierno sandinista aprueba el «Acuerdo sobre la Exención Mutua de Requisitos de Visa para Titulares de Pasaportes Ordinarios entre el Gobierno del Estado de Qatar y el Gobierno de la República de Nicaragua, hecho en Managua, el 21 de mayo del 2024».
El orteguismo asegura que la motivación detrás de este acuerdo radica en el «interés mutuo» de fortalecer las relaciones bilaterales y ampliar la cooperación en múltiples áreas como «el comercio, la inversión y la cooperación técnica y cultural».
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Aunque Estados Unidos expuso a Ortega-Murillo la peligrosidad de realizar «negocios ilícitos con migrantes vulnerables» y ha impuesto sanciones a funcionarios de vuelos chárter, la pareja dictatorial sigue permitiendo la «visa libre» a otras naciones alejadas de la región latinoamericana.
El acuerdo establece que «los ciudadanos del país de cada parte que posean un pasaporte ordinario podrán ingresar al territorio del país de la otra parte sin visa de entrada» y permanecer allí durante un mes, con la posibilidad de extender su estancia por otros 60 días.
De igual manera, los pasaportes ordinarios de los ciudadanos deben tener una vigencia mínima de seis meses a partir de la fecha de entrada al territorio del país de la otra parte. Además, la resolución especifica que los ciudadanos deberán cruzar las fronteras a través de «pasos fronterizos legales abiertos para el cruce internacional».
Ambas partes se comprometen a informar a sus ciudadanos sobre las condiciones y consecuencias del acuerdo, asegurando la plena difusión de información relevante para facilitar el proceso de entrada y estancia en el territorio del otro país.
El documento también destaca que cualquier controversia surgida de la aplicación o interpretación del acuerdo será resuelta a través de «consultas y negociaciones diplomáticas». El acuerdo entrará en vigor 30 días después de que ambas partes completen los procedimientos legales internos necesarios y se notifiquen mutuamente.
La firma del acuerdo tuvo lugar en Managua y fue suscrita por el canciller de Nicaragua, Denis Moncada Colindres, y el ministro del Estado para Asuntos Exteriores de Qatar, Sultan bin Sand Al-Muraikhi.
Relaciones entre Nicaragua y Qatar
El pasado 20 de mayo, la vicedictadora anunció en los medios de comunicación oficialistas que el sultán Bin Saad al – Muraikhi llegó a Nicaragua para presentar sus «cartas de estilo» y suscribir «importantes documentos para consultas políticas entre las cancillerías de Qatar y de Nicaragua».
La portavoz de la dictadura le dio la bienvenida al diplomático y agregó que este tendría «reuniones con ministros de nuestro gabinete de Gobierno» para seguir «construyendo alianzas por el porvenir que todos anhelamos y que todos merecemos».
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De acuerdo con la organización defensora de derechos humanos Freedom House, Qatar no es un país libre. Su emir hereditario, Tamim bin Hamad al-Thani, tiene toda la autoridad ejecutiva y legislativa y, en última instancia, controla el poder judicial del país.
El sistema político de Qatar no permite la existencia de partidos políticos y el emir también selecciona a los miembros del gabinete y designa al primer ministro, tras consultar con la familia gobernante y otras figuras notables.
A pesar de que los ciudadanos qataríes se encuentran entre los más ricos del mundo, la mayoría de los residentes en Qatar no son ciudadanos nacionalizados. Semejante a la crisis que enfrenta Nicaragua desde 2018, estos carecen de derechos políticos, disfrutan de pocas libertades civiles y tienen un acceso limitado a oportunidades económicas.