El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, aislado de la comunidad internacional, cerró la embajada nicaragüense en Corea del Sur, según informó el exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Arturo McFields, la mañana del miércoles, 24 de abril.
En su cuenta oficial de la red social X, el exdiplomático publicó un vídeo anunciando que las autoridades surcoreanas confirmaron el cierre del consulado nicaragüense. «Ortega prioriza los recursos y mayor trabajo con Corea del Norte, una nación calificada como un Estado terrorista», comentó McFields.
El exrepresentante reiteró que el gobierno norcoreano «vive amenazando a la comunidad internacional con bombas nucleares» y que, además, la reciente clausura del consulado «significa un salto al vacío, mayor aislamiento y pobreza para Nicaragua».
Cierre por motivos financieros
La noticia también fue confirmada por un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores surcoreano al medio de comunicación The Korean Herald. El trabajador indicó que el principal motivo del cierre fue «debido al empeoramiento de las condiciones financieras».
«Tras la decisión, parece que la embajada en Corea del Sur permanecerá cerrada por el futuro previsible», expresó. El funcionario también precisó que «un embajador nicaragüense, ubicado en un tercer país, también se encargará de los asuntos de Corea, simultáneamente, para mantener las relaciones diplomáticas con Corea del Sur».
Aunque el trabajador señaló que la embajada surcoreana, ubicada en Managua, continuará con sus operaciones habituales.
El cierre de la sede diplomática nicaragüense en Corea del Sur ocurre después de que el martes, 23 de abril, Ortega destituyera a Zhenia Ruth Arce Zepeda de su cargo como embajadora en Corea.
Esta es la segunda vez que Nicaragua cierra su embajada en territorio surcoreano. La primera vez fue en mayo de 1997, la causa también fueron las restricciones financieras. La sede diplomática se mantuvo inactiva hasta octubre del 2014, cuando la embajada de Nicaragua en Tokio, Japón, asumió las responsabilidades diplomáticas para Corea del Sur durante el período interino.
Estrecha lazos con la Corea comunista
En julio de 2023, a través de sus medios propagandísticos, la vocera de la dictadura dijo que recibieron un «hermoso mensaje» de parte de Kim Jong-un. Murillo afirmó que sostuvieron reuniones con un enviado de Jong-un y acordaron crear una embajada en Pyongyang, capital de la Corea comunista.
A finales de ese año, la dictadura nombró a Manuel Modesto Munguía Martínez, un exconcejal de la Alcaldía de Managua, como embajador extraordinario y plenipotenciario ante el dictador Kim.
Corea del Norte es gobernada por una dictadura dinástica, considerada una de las más salvajes y criminales del mundo. La «dinastía Kim» gobierna desde 1948, cuando asumió el poder el comunista Kim Il-sung, su fundador, quien murió en 1994. Le sucedió su hijo Kim Jong-il, igual de brutal y sanguinario que su padre, gobernó hasta 2011 para ser sucedido por su hijo, el actual dictador Kim Jong-un a quien la vicedictadora Rosario Murillo llama «hermano».
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La dinastía Kim ha promovido un apabullante culto a la personalidad, que no tiene precedente en la historia, al punto de obligar, so pena de cárcel y hasta fusilamiento, rendir culto a la familia dinástica en todos los hogares coreanos sin excepción. A partir del 2013, crearon una ley que establece que solo esa familia puede gobernar el país «hasta la eternidad».
Nicaragua y Corea del Norte restablecieron sus relaciones diplomáticas en 2007, con el regreso de Ortega al poder. Las dos naciones son parte de los regímenes dictatoriales que apoyan a Rusia, Irán y Venezuela y critican las acciones de Estados Unidos y otros países occidentales.