La prensa católica española reveló este miércoles, 27 de marzo, que el desterrado obispo de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora, se encuentra en España donde participó de la Misa Crismal oficiada en una Diócesis del norte de España.
Cabe destacar que hasta ahora, ni la Santa Sede ni la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) habían comunicado el estado de salud o las nuevas asignaciones pastorales de los obispos Mora y Rolando Álvarez, ambos desterrados junto a 14 sacerdotes y tres seminaristas el 14 enero de 2024.
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Según reporta El Correo Gallego, el obispo nicaragüense Mora fue presentado el Martes Santo en la Catedral de Santiago de Compostela (Galicia) por el jerarca católico de dicha Diócesis española, monseñor Francisco Prieto.
El arzobispo Prieto manifestó en su homilía que monseñor Mora estaba en el exilio y le auguró que su paso por tierras gallegas estuviera lleno de «fraternidad».
«La Diócesis de Santiago sea para él un oasis de celebración y de fraternidad», dijo el obispo de Santiago de Compostela, una Diócesis conocida por ser un famoso centro de romería en torno a la figura del apóstol Santiago, patrón de España.
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El 21 de diciembre de 2023, durante la misa realizada por el 99 aniversario de la creación canónica de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Mora, obispo de Siuna, llamó a la Iglesia católica a mantenerse unida y en oración por monseñor Álvarez, que en ese momento permanecía encarcelado en una celda de máxima seguridad del Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro.
Según la información filtrada a los medios independientes, el obispo de Siuna fue arrestado por agentes de la Policía Nacional, bajo órdenes del régimen de Ortega, quienes llegaron a la sede de la Diócesis dirigida por el prelado. Luego de su arresto, fue llevado a un destino desconocido.
La Policía orteguista mantuvo al obispo de Siuna en condición de «desaparición forzada» por 24 días, hasta que el 14 de enero de 2024, Álvarez y Mora, celebraron su primera homilía en libertad y en el destierro, tras haber sido excarcelados, junto a otros 17 religiosos, por la dictadura de Nicaragua luego de una negociación secreta entre el régimen de Managua y El Vaticano.