El dictador Daniel Ortega se burló de las violaciones a los derechos que ha cometido en Nicaragua como el arrebato de la nacionalidad nicaragüense a 317 opositores, periodistas y religiosos. Así lo hizo en un acto de en conmemoración del 90 aniversario del asesinato de Augusto César Sandino.
El caudillo sandinista aprovechó el acto público, transmitido en televisión nacional, para mencionar a los «traidores a la patria» en referencia a los opositores que obligó al destierro y exilio, a los que despojó de la ciudadanía y confiscó sus bienes.
Volvió a mencionar el discurso trillado del supuesto golpe de Estado y que las manifestaciones sociales fueron para «desbaratar el país». Lo que Ortega omitió, a su favor, es que la Policía y sus grupos paramilitares reprimieron a la población y dejó más de 355 asesinados, muertes documentadas por organismos internacionales de derechos humanos.
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Ortega rememoró que los expresidentes nicaragüenses Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro permitieron la ocupación de Estados Unidos en Nicaragua y los comparó a opositores desterrados bajo su dictadura.
«Dejaron de ser nicaragüenses (los expresidentes), como esos que han dejado de ser nicaragüenses y están ahora en los Estados Unidos y ahora son ‘yanquis’. Se deben sentir muy contentos de ser ‘yanquis’. Otros están en España, se sienten españoles, muy contentos de ser españoles, ya deben hablar hasta como españoles», dijo Ortega en tono irónico entre risas.
Hace un año, el nueve febrero de 2023, la dictadura decidió entregar 222 presos políticos a Estados Unidos para que los llevaran a su país. En ese momento se aprobó una ley espuria que los despojo de la nacionalidad, les arrebató sus derechos fundamentales y se ordenó el robo de todos sus bienes.
Días después, el 15 de febrero de 2023, la justicia del régimen ordenó el despojo, a través de un comunicado sin fundamento legal, que se quitara la nacionalidad a otro grupo de 94 nicaragüenses que están en el exilio. A estos también les confiscaron sus propiedades en el país.
«El que traiciona a su patria deja de ser de ese país, deja de tener patria y por eso se llaman apátridas a los que traicionan a su patria», remató el exguerrillero que devino en dictador y mantiene al país centroamericano bajo su absoluto control y el de su mujer y vicepresidenta Rosario Murillo.
La comunidad internacional se solidarizó con las víctimas y condenó las acciones del régimen. España fue el primer país que ofreció la nacionalidad del país ibérico a los declarados apátridas por el régimen de Managua, unos 100 la han adoptado.