El socialdemócrata Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala en la madrugada del lunes, tras una atropellada jornada en el Congreso y meses después de una arremetida judicial.
“Sí, juro”, dijo con la mano izquierda en la Constitución y la derecha alzada, al ser investido por el jefe del nuevo Congreso, Samuel Pérez, miembro de su partido, constataron periodistas de AFP.
Quién es Arévalo
Hijo del primer gobernante democrático de Guatemala, el sociólogo Bernardo Arévalo, que juró como presidente en la madrugada del lunes, pasó de ser casi un desconocido a simbolizar la esperanza de un país cansado de la corrupción y a desatar el pánico de la élite conservadora.
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Este exdiplomático y también filósofo de 65 años pasó en junio, contra todo pronóstico, a la segunda ronda presidencial que ganó en agosto frente a la candidata conservadora aliada del oficialismo con un 60% de los votos, prometiendo perseguir a los corruptos.
Desde entonces, Arévalo y su partido Movimiento Semilla fueron blanco de una ofensiva judicial, encabezada por la Fiscalía, que el socialdemócrata asegura fue encomendada por la élite político-empresarial para evitar su ascenso al poder.
De personalidad tranquila, subió el tono para denunciar esa arremetida como un intento de “golpe de Estado” en su contra y recibió los apoyos de la comunidad internacional y, en su país, de los jóvenes y comunidades indígenas.
Arévalo ha calificado su ascenso al poder como un proceso “tortuoso” debido a la persecución judicial, pero prometió “cerrar esta época tenebrosa de cooptación corrupta” que por “más de dos décadas” afecta al país.
Poniendo fin a 12 años de gobiernos de derecha, sustituyó a Alejandro Giammattei, a quien los seguidores de Arévalo señalan de formar parte de lo que llaman el “pacto de corruptos”.
– La nueva “primavera”
Sobre sus espaldas recae el legado de su padre, Juan José Arévalo (1945-1951), elegido democráticamente tras la llamada “Revolución de Octubre” que acabó con décadas de dictaduras.
Al mandato de su progenitor, considerado el mejor presidente en la historia de Guatemala, y del gobierno progresista de Jacobo Árbenz se le llamó la “primavera democrática” (1944-1954), con importantes reformas sociales.