A tan solo una semana de haber comenzado el 2024, la nicaragüense Maryluz Arceda Guido se convirtió en la primera víctima de femicidio de este nuevo año, tras ser asesinada a manos de su expareja, de quien actualmente se desconoce su identidad y permanece prófugo de la justicia.
Medios locales informaron que el crimen ocurrió en la hacienda cafetalera Buena Esperanza, ubicada en el municipio de San Ramón, Matagalpa. De acuerdo con las declaraciones, la víctima, de 39 años, se dirigía hacia El Tuma-La Dalia para hacer unas «diligencias» junto a Sebastián Sevilla, su actual pareja. No obstante, su recorrido fue interrumpido cuando el exnovio de Arceda Guido los interceptó y empezó a atacarlos con un machete.
Como resultado de recibir numerosos cortes con el arma blanca, Arceda Guido perdió la vida. «Se presume que el autor del crimen, después de asesinarla, la arrojó a un barranco, en medio de árboles y maleza; dándose a la fuga», detalló el oficialista Canal 8.
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Hasta la fecha, la Policía sandinista aún no brinda una versión oficial de los acontecimientos. Sevilla fue quien relató lo sucedido al regresar a la comunidad, pero luego fue trasladado al Hospital César Amador Molina, de Matagalpa, debido a graves heridas causadas por el femicida.
Una de las seis hijas de la víctima, relató al medio de comunicación oficialista que días antes de su asesinato, su madre la visitó y le comentó sobre las continuas amenazas de su expareja. «Nosotros ya habíamos puesto la denuncia en su contra», denunció Martha Talavera Arceda.
Dictadura no actúa contra los femicidios
Al igual que muchos otros casos, la muerte de Maryluz Arceda Guido queda impune debido a la ausencia y falta de acción por parte de las autoridades orteguistas respecto a estos crímenes de violencia machista. La feminista y activista Ana Quirós afirmó a Artículo 66 que el gobierno «no ha hecho nada» para prevenir, tratar o sancionar los femicidios.
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«Hasta el momento, la tendencia ha sido de un aumento anual en el número de femicidios, así como en la impunidad con relación al castigo de los femicidas, aun cuando muchas veces saben quién es y conocen dónde se encuentra el criminal», destacó Quirós.
Agregó que la dictadura orteguista se mantiene ocupada con la persecución a opositores, y no se enfoca en capturar a estos delincuentes. «Sabemos que en las liberaciones de presos comunes que (el régimen) ha hecho, han incluido a violadores, asesinos y maltratadores de mujeres. Por lo tanto, la señal que está dando el gobierno hacia los femicidas es que está bien asesinar mujeres».
«Si se mantiene la misma política, lo más seguro es que en 2024 veamos desafortunadamente un aumento en el número de femicidios o femicidios frustrados, como lo hemos venido viendo en todos los últimos años», advirtió la activista.
La socióloga y feminista María Teresa Blandón agrega que el gobierno solamente actúa cuando las mujeres fueron asesinadas y no les da importancia a otros comportamientos machistas previos a un femicidio. «Llevan diecisiete años en el poder, no son un gobierno nuevo. Tienen a la Policía, al Poder Judicial, a fiscalías y maneras legales de defender los derechos de las mujeres, pero lo único que hacen es seguir con esas ‘cartillitas’».
Ante la incapacidad de los funcionarios orteguistas para prevenir los femicidios, Blandón agrega que los espacios sociales de las comunidades pueden ser un lugar seguro donde las mujeres asistan en caso de ser víctimas de violencia machista. Señaló la importancia de inculcar a los niños y niñas una educación basada en la igualdad y recomendó prestar atención a conductas abusivas que presente un conocido en la vida cotidiana.