La alerta por el posible empeoramiento en la salud de monseñor Ismael Serrano, secuestrado por la dictadura Ortega-Murillo desde el pasado 30 de diciembre y sometido a condición de desaparición forzada, ha despertado preocupación.
Quienes lo conocen han resaltado que el religioso sufrió un evento de infarto cerebral; por lo cual, su encierro podría debilitar aún su estado de salud.
El padre Serrano, como es conocido por la feligresía católica, es párroco de la iglesia San Miguel Arcángel, en el sector de Las Brisas, en Managua y fue secuestrado por efectivos policiales y personas vestidas de civil y armadas el pasado 30 de diciembre. No se conocen detalles del operativo policial en el que el sacerdote fue privado de su libertad.
Desde su desaparición forzada, no se tiene información concreta de su paradero ni de su estado de salud. El régimen tampoco ha informado los motivos de su encarcelamiento ni ha formulado ninguna acusación contra él.
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La abogada e investigadora Martha Patricia Molina, que se ha especializado en dar seguimiento a los ataques contra la Iglesia católica, expresó este fin de semana que hay gran preocupación por la salud del párroco, pues su situación médica es de cuidado, sobre todo porque recientemente sufrió un derrame cerebral y tiene un trauma neurológico así como otras enfermedades.
«Monseñor Ismael Serrano, de 68 años, tiempo atrás sufrió un derrame y tiene un trauma neurológico. Es hipertenso (enfermedad conocida como la muerte silenciosa). Monseñor Serrano cumplirá 35 años de ser sacerdote. Por muchos años fue el exorcista de la Arquidiócesis de Managua», publicó Molina en su cuenta personal de X.
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Desde que se conoció la noticia sobre el secuestro de monseñor Serrano, Molina advirtió sobre su delicado estado de salud y calificó el hecho como «inmensa maldad» dado que el párroco se encuentra «demasiado enfermo».
El padre Serrano, según publicaciones religiosas, era el encargado de practicar exorcismos en la Iglesia católica, razón por la cual es conocido como «el exorcista de la Arquidiócesis».