En al menos 11 accidentes de tránsito se han visto involucrado este año los conductores de taxis de la capital cuando transportaban desde Managua a la zona fronteriza con Honduras a migrantes cubanos, venezolanos y haitianos, los que utilizan a Nicaragua como vía de tránsito para llegar a los Estados Unidos. Los accidentes han ocurrido entre los departamentos de Estelí y Nueva Segovia.
En estos accidentes, únicamente se han reportado lesionados de poca gravedad que no han ameritado hospitalizaciones, mientras sí se registran daños materiales en las unidades que los transportan. Estos hechos han ocurrido en las zonas de los municipios de La Trinidad, Estelí y Condega, además de las localidades madricense de Palacagüina, Yalagüina, también en Ocotal, Mozonte y Jalapa, en el departamento de Nueva Segovia.
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Según reportes recogidos por medios oficialistas de los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia, y dados a conocer por las autoridades de tránsito de la Policía, las causas de los accidentes han sido conducir a alta velocidad, irrespeto a las señales de tránsito, malas maniobras y agotamiento por cansancio de los mismos conductores al emprender viajes en horas de la madrugada o a medianoche desde Managua, hasta la zona fronteriza, más de 290 kilómetros dependiendo de la parada final.
Entre 30 y 40 unidades por día hacen el trayecto desde Managua, unos hasta Jalapa, en el departamento de Nueva Segovia y otros hasta las instalaciones fronterizas. A esto hay que añadir al menos tres buses expresos que transportan a poco más de 400 migrantes de origen cubanos, venezolanos y haitianos entre otras nacionalidades que buscan llegar a Estados Unidos por la frontera mexicana.
La temida cuesta «La Kukamonga»
El accidente más reciente ocurrió el pasado jueves 28 de septiembre en la comunidad de Salamasí, del municipio de Yalagüina, del departamento de Madriz, donde un motociclista fue embestido por el conductor de una de las unidades de taxis de Managua que transportaba a cinco migrantes hacia la zona fronteriza de Honduras. El accidente se produjo por una invasión de carril y causó fracturas al conductor de la motocicleta.
Otros hechos ocurrieron dentro de la ciudad de Estelí, en la temida cuesta «La Kukamonga», en el sector de la comunidad de Ducualí, en uno de los tramos de la Carretera Panamericana del municipio de Palacagüina, además de las cercanías del poblado y el empalme del municipio de Yalagüina, en Madriz. Otro lugar donde han ocurrido este tipo de accidentes es en un tramo de la vía Panamericana que atraviesa la ciudad de Ocotal, y otros dos tramos entre las localidades de Mozonte y Jalapa, en Nueva Segovia.
«A veces viajamos con mucho miedo, porque los choferes de taxis viajan muy rápido (a exceso de velocidad) o vienen distraídos con sus celulares y también porque conducen temerariamente sobre la carretera al invadir carriles y adelantar un tráiler. Viajamos exponiendo nuestras vidas», admitió Hernán José Buenaventura, migrante originario de Matanzas, Cuba, quien este domingo viajaba acompañado de su esposa con rumbo a los Estados Unidos.
«Lo hacemos por pura necesidad, porque pretendemos llegar a Estados Unidos para buscar trabajo, porque en nuestra patria ya es insoportable tratar de vivir, ya que se pasa hasta ocho horas sin energía (eléctrica), no hay agua, ni alimentos, ni trabajo. Yo dejo a mi hija de 11 años viviendo con mi madre y prestamos dinero en Cuba para venir a Nicaragua en avión, y de aquí, hay que ir en bus que nos cobran 35 dólares por cada pasajero para llegar hasta la frontera con Honduras», contó por su lado, Yunier Yomara Pérez Hernández, originaria de Santa Clara, Cuba.
Conductores: «viajes cansados»
Por su lado, el conductor Luis Ernesto Estrada Morales, originario del barrio El Calvario (detrás del mercado Oriental) de la ciudad de Managua, confirmó que los viajes «son cansados» porque hay que madrugar o salir a medianoche desde el aeropuerto con los cinco migrantes extranjeros.
«Nosotros los llevamos por 300 dólares a los cinco ocupantes, pero el propietario del taxi nos mide el tiempo para regresar. Recordá que son unos 300 kilómetros de viaje desde Managua a Jalapa y después regresar esa misma distancia», señaló el taxista capitalino.
Se ha visto que este flujo de migrantes ha crecido en los últimos tres meses, ya que ha aumentado el número de taxis y buses, con placas y emblemas de Managua, y que transitan sobre la Carretera Panamericana hacia la zona norte del país, transportando en cada unidad de taxi a unos cinco pasajeros. En buses viajan al menos 56 ocupantes que pagan 30 dólares cada uno, según los mismos extranjeros.
Por Voces Unidas