La dictadura sandinista encarceló a otros dos sacerdotes, en la tarde de este domingo, primero de octubre. Se trata de Iván Centeno, párroco de la iglesia Inmaculada Concepción, de Jalapa, Nueva Segovia, y del padre Julio Norori, de Telpaneca, Estelí, según informaron escuetamente a Artículo 66 fuentes católicas del norte de Nicaragua.
Con estos dos nuevos sacerdotes, la dictadura Ortega-Murillo eleva la lista de religiosos presos a nueve. Hasta antes de los padres Centeno y Norori, Ortega ya tenía en sus prisiones a monseñor Rolando Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa; al padre Manuel Salvador García, de Nandaime; y a monseñor Leonardo Urbina Rodríguez, de Boaco. Los tres están en la prisión desde el 2022 y fueron dejados bajo candado, pese a la liberación y destierro ejecutada el nueve de febrero de 2023, fecha en que el régimen expulsó a nueve religiosos, entre los 222 prisioneros políticos, a quienes envió a Estados Unidos.
Manuel Salvador García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, en el municipio de Nandaime, de la Diócesis de Granada, fue aprehendido el primero de junio de 2021, mientras que García fue condenado a dos años y ocho meses de prisión por los supuestos delitos de lesiones físicas y psicológicas en perjuicio de Martha Candelaria Rivas, quien se negó a denunciar al religioso y fue acusada por el supuesto delito de «falso testimonio». También está encarcelada en la prisión de mujeres «La Esperanza».
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A monseñor Leonardo Urbina Rodríguez, párroco de la Iglesia del Perpetuo Socorro, de Boaco, el régimen lo detuvo el 13 de julio en su ciudad. El régimen lo condenó a 30 años de cárcel por el supuesto delito de violación a una menor de 14 años y lesiones psicológicas leves en perjuicio de la víctima de iniciales M.J.V.S. de 12 años.
Reanuda cacería
En mayo, Ortega retomó la cacería contra sacerdotes. El 23 de mayo de 2023, fue detenido el padre Jaime Iván Montecinos Sauceda, párroco de la iglesia Juan Pablo II, de Sébaco, Matagalpa. Esta detención fue confirmada por la misma Policía de Ortega. La institución represiva informó, a través de una nota de prensa, que el padre Montecinos fue detenido en el kilómetro 104 de la carretera a Esquipulas, en el municipio de San José de los Remates, en Boaco.
El domingo nueve de julio de 2023, el padre Fernando Zamora Silva, canciller de la Diócesis de Siuna, fue encarcelado y trasladado al Distrito III de la Policía, en Managua. Hasta ahora se sabe poco de la situación del sacerdote, solo que no ha recibido visitas.
Bajo «seminario por cárcel», Ortega ha confinado a los sacerdotes Eugenio Rodríguez, párroco de la iglesia, de Jalapa, Nueva Segovia, y el padre Leonardo Guevara Gutiérrez, párroco de la Catedral de Estelí; ambos investigados por «asuntos administrativos» en una supuesta causa que la dictadura habría abierto, bajo el delito de lavado de activos en la extinta Cáritas de Estelí.
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El último de la nueva lista era, hasta hoy, el padre Osman Amador Guillén, de 36 años, miembro de la Junta Directiva de la organización Caritas de Estelí, fue detenido el viernes, ocho de septiembre. El padre Amador Guillén es el séptimo religioso encarcelado, hasta que el régimen sumó a estos dos nuevos párrocos, este domingo, 01 de octubre.
Los desterrados
Al menos 79 religiosos han salido de Nicaragua por presiones del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes mantienen una feroz persecución y ataques en contra de la Iglesia católica de Nicaragua. A la lista de «desterrados» también se suman varios religiosos católicos a quienes la dictadura simplemente prohíbe embarcar en aviones que los traen hacia su país. Las líneas aéreas se han limitado a decirles que no pueden abordar porque Nicaragua impide que ellos puedan ingresar.