Estudiantes y opositores al régimen de Daniel Ortega califican como fracaso las decisiones administrativas de la Universidad Nacional Casimiro Sotelo, luego que postergaran el inicio de clases del segundo semestre para el 25 de septiembre.
La casa de estudios, constituida en las instalaciones robadas a la Universidad Centroamericana (UCA), había anunciado, después de su inauguración, que las clases iniciarían 28 de agosto, sin embargo, el secretario del nuevo recinto sandinista, Moisés Ignacio Palacios, asegura que el cambio se debe a una supuesta «revisión exhaustiva de los expedientes académicos de los estudiantes matriculados, para identificar a los que provienen de familias de escasos recursos económicos».
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Tras esta decisión, el exembajador de Nicaragua, ante la OEA, Arturo McFields, dijo a Artículo 66 que esta alma mater «nació abortivamente», puesto que sus autoridades no tienen capacidad administrativa «ni las condiciones necesarias para llevar adelante todo los que significa la Universidad Centroamericana que se robaron».
Asimismo refirió que al régimen de Ortega le «quedó grande la UCA, porque pensó que era solo asaltarla… pero no fue así; esto es mucho más complejo y hasta ahora están cayendo a la realidad».
«El daño que están causando en los estudiantes es mayúsculo; un daño emocional, psicológico y eso es doloroso (…) porque hay que estar claros que Ortega no sabe construir universidades de éxitos, sino lo que sabe es destruir y robar casas de estudios», sostuvo McFields.
Incapacidad de dictadura de Ortega
Por su parte el líder estudiantil Enrique Martínez, vocero de la Unidad Juvenil y Estudiantil, señaló que la decisión de postergar el inició del segundo semestres de clases se debe a la incapacidad que tienen los operadores de la dictadura, «que piensan que administrar a la UCA, conociendo su excelencia y estructura, sería fácil».
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Asimismo dijo que este retraso en el inicio de clases es para que Daniel Ortega y Rosario Murillo puedan imponer a docentes y personal administrativo que sean fieles a su régimen».
«Creo que se están dando tiempo para ver cómo avanzar en los cambios de pensum porque seguro habrá una reducción significativa en la calidad académica y de estudiantes, porque ya han surgido varias oportunidades a nivel internacional para acompañar al estudiantado, porque muchos estudiantes de la UCA no están dispuestos a entrar a un sistema de adoctrinamiento, que es lo que propone esta universidad sandinista», subrayó.
Calidad «por el suelo»
Mientras que para el abogado y miembro del consejo político de la Unidad Nacional Azul y Blanco Héctor Mairena, se está «asistiendo a la confirmación de la ineptidud de la dictadura para manejar la Universidad Centroamericana».
Además afirmó que estas acciones son un augurio de cómo la calidad que tendrá la universidad Casimiro Sotelo está por el suelo, si se compara con la solidez académica e histórica que tenía la UCA.
Por otra parte, refirió que se está ante una demagogia, luego que las autoridades del CNU afirmaron en primera instancia que la educación en esa universidad sería gratuita, para luego contradecirse en dos ocasiones, por lo que considera que «se coloca en incertidumbre a estudiantes que en su mayoría no quieren seguir en ese mamotreto universidad que se lama Casimiro Sotelo».
La UCA fue acusada de terrorismo el pasado 15 de agosto por el Poder Judicial, al servicio de la dictadura. Un día después sus bienes fueron confiscados, el jueves el CNU le retiró su permiso de funcionamiento como institución de educación superior y simultáneamente creó la nueva universidad.
Las autoridades de esa universidad han instado a todos los estudiantes a que se presenten a realizar sus respectivas matrículas. Sin embargo, estudiantes de la confiscada UCA han expresado su deseo de no continuar estudiando bajo las reglas de la dictadura. Está por verse quiénes se matriculan.