«Además de perseguir la libertad de pensamiento y cualquier tipo de oposición, al actual gobierno de Nicaragua le gusta la rapiña. Si un periódico hace críticas, le confiscan la maquinaria y el local. Si un político de oposición quiere competir democráticamente con el dúo Ortega-Murillo, lo meten preso y se apoderan de sus propiedades. Si un obispo les dice que algunas medidas gubernamentales van en contra del Evangelio, lo condenan a cárcel en un juicio acelerado, como los de Stalin. Y si una universidad recibe en su campus a estudiantes que huyen de una manifestación disuelta a balazos por la Policía y el rector los acompaña en un diálogo con las autoridades, la acusan de terrorismo», denuncia la universidad jesuita salvadoreña por medio de un editorial publicado hoy en su página web.
La casa de estudios superiores de la Compañía de Jesús en San Salvador apunta que ningún sector está exento de padecer la represión del Estado nicaragüense si son críticos al poder autoritario de la pareja Ortega-Murillo.
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«No hay nada más fácil para unas autoridades implicadas en terrorismo de Estado que acusar de terroristas a sus opositores, meterlos presos y quedarse con sus bienes. Periodistas, políticos, religiosos e instituciones que quieren poner racionalidad y diálogo en la vida ciudadana. Todos entran en el mismo saco de lo que la dictadura de Ortega considera infamia y ataques a sus afanes de poder absoluto», subraya la UCA de El Salvador.
Según el editorial, pese a que el orteguismo sigue consolidando su autoritarismo, este no saldrá bien parado en el juicio de la historia; asegurando que todos los sectores represaliados podrán obtener justicia y reparación cuando retorne la democracia a Nicaragua.
«(Ortega) podrá echar del país a sacerdotes, intelectuales, periodistas, políticos y religiosos, y encarcelar a muchos otros, pero la Iglesia, el periodismo libre y el pensamiento crítico resistirán y durarán más tiempo que un régimen dirigido por un anciano ensimismado en sus caprichos de poder. Los reprimidos y acusados arbitrariamente volverán y ya no estarán en el país los autores de la infamia», sentencia el escrito.
La UCA también asegura que, pese a que algunos dictadores logran morir en el poder, «su recuerdo queda como un residuo mal oliente de una historia de abuso e injusticia».
Trabajar por la democracia en la región
La universidad de la Compañía de Jesús en San Salvador instó a los centroamericanos a trabajar para fortalecer las instituciones democráticas y superar las desigualdades entre ricos y pobres como antídoto para evitar el surgimiento de nuevos autoritarismos en la región.
«La farsa y la mentira no tienen futuro, por mucho que algunos gobernantes se llenen la boca con consignas que tratan de hacer aparecer el mal como si fuera un bien. (…) Hoy muchos temen que el autoritarismo nicaragüense se contagie al resto de Centroamérica. Sin embargo, mientras se mantenga la dignidad del pensamiento libre y se impulse la justicia social, los autoritarismos no tendrán futuro. La dictadura nicaragüense se ahogará sola», finaliza el editorial de la UCA de El Salvador.