Joseling Mayela Campos Silva, activista feminista y estudiante del tercer año de la carrera de Ingeniería Civil, de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), fue secuestrada la tarde del lunes, 21 de agosto, en su casa, ubicada en Veracruz, carretera a Masaya.
La denuncia fue realizada por la misma joven opositora, a través de un vídeo, que se publicó en la cuenta de Twitter del Movimiento Defensa Estudiantil UCA.
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Por su parte, el Movimiento Defensa Estudiantil de la UCA detalló, a través de un familiar de la estudiante universitaria, que hasta el momento se desconoce su paradero. «Exigimos se respete a Mayela su integridad y se le ponga en libertad», demandó la organización.
Con la detención de Joseling Mayela Campos, ya son tres las jóvenes que han sido secuestradas. La primera fue la opositora Adela Espinoza Tercero, egresada de la carrera de Comunicación Social, en la Universidad Centroamericana (UCA). El arresto fue el sábado, 19 de agosto.
Horas después se conoció la detención de la universitaria Gabriela Morales López, estudiante de la Universidad Juan Pablo II, de Managua. De forma extraoficial se conoce que ambas están detenidas en la estación policial del Distrito Tres, en Managua, una cárcel que la dictadura ha empezado a usar para sacudirse del «color» que se dio con El Chipote, un centro policial identificado por opositores como sitio de torturas, aunque quienes han sido encerrados en esa otra cárcel distrital aseguran que las condiciones son peores por la insalubridad, aislamiento y por los interrogatorios.
Los seis movimientos juveniles, universitarios y estudiantiles más representativos de la oposición nicaragüense se unieron para denunciar que la dictadura Ortega-Murillo ha ordenado asediar, vigilar y amenazar a familiares de nicaragüenses exiliados en Costa Rica que participan en las expresiones de protestas que se realizan en suelo tico.
El pasado 16 de agosto, ante la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA), a manos de la dictadura Ortega-Murillo, jóvenes nicaragüenses exiliados en el país vecino del sur convocaron a un plantón de protesta ante las oficinas del Consulado nicaragüense en San José; ocasión que fue aprovechada por personal de la oficina diplomática para fotografiar y hacer vídeos a los jóvenes participantes.
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«Hoy, denunciamos que las familias de estos jóvenes valientes (que participaron en el plantón) han sido objeto de intimidación y represalias por parte de la Policía Nacional y operadores políticos en los barrios, conocidos como CPC», dice un comunicado emitido este lunes por las organizaciones juveniles y universitarias.
Bernardo Arévalo de León, el presidente electo de Guatemala, es un declarado crítico de la dictadura de Nicaragua y por ello, el régimen Ortega-Murillo tiene ahora en la región una «voz incómoda» y a la vez un nuevo Gobierno que podría significar un resurgimiento de la democracia en Guatemala, que irradiará al resto de la región, valoran analistas nicaragüenses, tras oficializarse la victoria del político de centroizquierda y líder del Movimiento Semilla.
Para el dirigente opositor nicaragüense, Juan Sebastián Chamorro, la llegada de Arévalo a la Presidencia de Guatemala es un signo «sumamente positivo», primero para el pueblo guatemalteco, porque el mandatario electo ha prometido luchar contra la corrupción, que, según Chamorro, ha tenido «consecuencias nefastas» para la institucionalidad de ese país.
El dirigente opositor, desterrado por Ortega tras mantenerlo casi dos años encarcelado arbitrariamente, recordó que Arévalo ha expresado claramente su posición de rechazo a la dictadura Ortega-Murillo, sin embargo, se muestra menos optimista en cuanto a la influencia del nuevo mandatario en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA).