Este 20 de agosto se cumplieron 12 años del asesinato del padre Marlon Ernesto Pupiro, sacerdote de la parroquia de La Concepción, ubicada en Masaya. Para monseñor Silvio Báez, la muerte de Pupiro «sigue clamando justicia».
«Hoy hace doce años fue asesinado el P. Marlon Pupiro en Nicaragua. Como hombre justo y sacerdote ejemplar ya ha entrado en el descanso glorioso de su Señor. Mientras lo recordamos con cariño y gratitud, su muerte sigue clamando justicia», escribió el obispo Báez, en su cuenta de X, anteriormente Twitter.
Asimismo, la abogada Martha Patricia Molina aseguró que la familia de Pupiro y la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) «jamás confiaron en las investigaciones realizadas por la Policía orteguista. El plan era asesinar a monseñor Silvio José Báez».
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El asesinato del sacerdote de La Concha conmocionó a la población nicaragüense, por la saña con la que fue ejecutado. Este crimen acaparó los encabezados de los medios de comunicación más importantes, tanto a nivel nacional como internacional.
El padre Marlon Pupiro fue reportado como desaparecido el 20 de agosto de 2011, pero su cadáver fue encontrado tres días después, el 23 de agosto, en un basurero ubicado en el kilómetro 16.5 de la carretera Vieja a León. El cuerpo del religioso estaba envuelto en un colchón, en una bolsa negra y con señales de tortura.
La Policía presentó a Yasker Blandón Torres, mesero del centro recreativo La Borgoña, como la única persona involucrada en el crimen contra el religioso, por lo que fue condenado a 30 años de prisión.
Por su parte, familiares y allegados a Pupiro jamás creyeron la versión presentada por las autoridades judiciales, que determinaron que el móvil del crimen fue el robo de la camioneta Mitsubishi blanca, propiedad del sacerdote, y consideraron que se trataba de un crimen político.
En su momento, el comisionado de la Policía, Fernando Borges, aseguró que previo a su desaparición el padre estuvo en el centro recreativo La Borgoña hasta las cuatro de la madrugada del 20 de agosto de 2011.
Según el Diario La Prensa, personas cercanas al padre Pupiro dijeron que «fue asesinado de forma violenta por negarse a llamar al obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez, quien era el verdadero objetico de los atacantes y a quien pretendían -según versiones- realizarle una emboscada».