La sandinista Gabriela Alejandra Rayo Castro, originaria de Matagalpa, y quien sirvió de testigo contra monseñor Rolando Álvarez, llegó a Estados Unidos, beneficiada con el parole humanitario, así lo reveló el abogado Yader Morazán, exfuncionario del Poder Judicial.
El jurista detalló que junto a la testigo falso que figura en la acusación contra el obispo de Matagalpa, llegó al país norteamericano su esposo, el reconocido paramilitar Juan Alberto Soza Jarquín, y sus hijos.
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«Ambos beneficiarios borraron todas sus publicaciones revolucionarias, a petición de su patrocinadora Anna Soza Jarquín», señaló el experto en administración de justicia, a través de su cuenta de Twitter.
A pesar de que los aduladores del régimen Ortega y Murillo intentaron borrar las evidencias de su fanatismo para que no hubiese obstáculo de que fueran recibido, Morazán publicó unos vídeos en los que aparecen, junto a otras personas, portando fusiles AKA-47, bailando «El comandante se queda», canción aduladora al dictador de Nicaragua.
«Ahora podrán completar la agrupación de baile que fundaron en Matagalpa. Familia de paramilitares Soza (…) Aunque les haga falta cargar las Ak-47, tal como lo viene haciendo su familia receptora de Miami», expresó el jurista, exiliado en Estados Unidos.
«Familia de criminales»
Por otra parte, Yader Morazán dijo que, a como ha sucedido con decenas de simpatizantes sandinistas que han actuado en contra de opositores, «no es un secreto que esa familia se dedica a acciones criminales en la ciudad de Matagalpa».
Las acciones ilícitas, según el abogado, de los militantes de la dictadura, van desde ataques a actividades de la Iglesia católica, hasta ser testigos falsos y paramilitarismo.
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Destacó, además que, incluso, tras su salida de Nicaragua hacia Estados Unidos, una de la familia Soza, publicó imágenes de «un opositor que se exilió por su seguridad».
En cuanto a Gabriela Rayo Morazán, afirmó estar seguro que esta testigo falso en contra de monseñor Álvarez, y que terminó con el destierro de sacerdotes de Matagalpa, «no dijo en qué rollo andaba metida».
«También estoy seguro que no dijo que después de llegar a romper las ventanas de la casa del opositor Félix Adán Castillo Callejas se hizo la víctima y en contubernio con su esposa lo acusó, utilizando al sistema de justicia, como suelen hacerlo en Matagalpa», agregó.
Otro de los actos delictivos ejecutados por el paramilitar Juan Alberto Soza, y que reveló Morazán, fue «el favor» que la Fiscalía de Matagalpa le hizo para no imputarle el delito por su participación en los hechos que terminaron con el femicidio de la ciudadana estadounidense Ariana Martínez García, pese a haber sido mencionado en los hechos acusados.
La llegada de la familia Soza Rayo a tierras norteamericanas se suma a las decenas de fanáticos y trabajadores del Estado que han salido de Nicaragua, luego que le juraban fidelidad a los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La mayoría de los adeptos al régimen orteguista se han beneficiado del parole humanitario, un permiso de permanencia temporal que se brinda por razones humanitarias urgentes a ciudadanos, de Nicaragua, Cuba, Venezuela y Haití, que son víctimas de sus gobiernos.