Como un acto extremo de persecución religiosa, terrorismo de Estado, robo y guerra abierta fue catalogada por analistas consultados por Artículo 66 la embestida desatada esta semana por la dictadura de Nicaragua contra la Iglesia católica, a la que le congeló cuentas bancarias de varias diócesis, tras apresar y someter a investigación a tres sacerdotes, que pastorean la zona de Estelí y Matagalpa.
La abogada e investigadora Martha Patricia Molina señaló que la dictadura ejecutó una acción «que denota una guerra abierta en contra de la Iglesia católica».
Refirió que el congelamiento de las cuentas bancarias de la institución religiosa podría traer «consecuencias catastróficas”. “La están asfixiando económicamente”, advirtió.
Molina lamentó que la dictadura esté ocasionando perjuicios también a familias trabajadoras del país, pues tiene conocimiento que este fin de semana, los colegios parroquiales, a los que también les bloquearon sus movimientos bancarios, tenían que hacer pagos de plantillas y no podrán hacerlo. «Esta arbitrariedad también afectará a esas familias nicaragüenses. Espero que el régimen Ortega-Murillo revierta esta actitud ilegal y temeraria», señaló Molina.
Un sacerdote en el exilio, que habló con Artículo 66 en condición de anonimato, calificó de robo el bloque de las cuentas bancarias y sostuvo que esa acción represiva va a continuar con la confiscación de más bienes a la institución religiosa, porque, según dijo, la intención de los dictadores Ortega y Murillo es asfixiar a la Iglesia.
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Por su parte, el dirigente opositor desterrado por la dictadura Félix Maradiaga valoró que el bloqueo de las cuentas bancarias de varias diócesis de la Iglesia católica «es un acto extremo de agresión y de persecución».
Agregó que la acción del régimen representa “una declaración explícita de las verdaderas aspiraciones de la dictadura: callar y disolver por completo la voz e incluso la presencia, de una institución que, por su peso moral en Nicaragua, es un obstáculo en los planes de los Ortega-Murillo, de consolidar una dictadura dinástica”.
«Ya es hora de que la comunidad internacional pase a la fase de desconocimiento absoluto del régimen», exhortó el político opositor.
En tanto, el Danny Ariel Ramírez Ayerdis, secretario ejecutivo del Centro de Asistencia Legal Interamericana de Derechos Humanos (Calidh), calificó de “terrorismo de Estado” el reciente ataque de la dictadura contra la Iglesia.
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«No tiene vuelta atrás: el congelamiento de las cuentas de la Iglesia evidencia claramente el terrorismo de Estado que vive Nicaragua», dijo el abogado través de su cuenta personal de Twitter.
Agregó que desde Calidh ya habían advertido que «en los regímenes totalitarios», como el que ha impuesto Ortega y Murillo en Nicaragua «el único espacio social permitido es el partidario».
Por esta u muchas otras cosas, creo que de Iberia aber algún tipo fe intervención, esta gente está cada vez más terrorifica; apresan sanncionan, confiscan (roban,,) y/o matan a cualquiera que se oponga o diga algo encontra de de sus acciones. Ya uno no puede decir nada, hasta por estos medios da temor comentar.. aquí todos los que trabajamos con empleo o por cuenta propia ya nos sentimos asfixiados, esto ya es insoportable, tenemos familiares en el exilio en la cárcel y hasta en los sepulcros tan solo por expresar desacuerdo co el sistema de gobierno tiránico…..
La iglecia catolica una verguenza para la sociefad prohresista. Vean su historia ze verguensa desde galileo hasta nuestros dias
Q barbaridad iglecia catolica y no tienen verguenza