La violencia de las pandillas en Haití se extiende a un ritmo “alarmante” por zonas que hasta ahora se habían visto relativamente a salvo, alertó el miércoles la enviada especial de la ONU en el país caribeño.
“La violencia alarmante en las zonas donde azotan las bandas, como la violencia sexual en particular contra mujeres y niñas, es emblemática del terror que afecta a una gran parte de la población de Haití”, dijo la ecuatoriana María Isabel Salvador en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
Durante su primera semana en Haití, Salvador -recientemente designada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, como enviada especial para ese país- “pudo” circular por algunas calles de la capital Puerto Príncipe.
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“Sentí la tensión y reconocí el miedo que los haitianos viven todos los días”, afirmó tras recordar la necesidad “urgente de apoyo internacional a la policía” local -con apenas 3.500 efectivos para garantizar la seguridad de todo el país- para abordar el “rápido deterioro de la situación de seguridad”.
El sentimiento general es que “será difícil avanzar sin abordar la inseguridad rampante de manera efectiva”, recordó.
Según datos de la Policía Nacional de Haití y de la Oficina Integrada de la ONU en ese país, en el primer trimestre de 2023 se registraron 1.647 incidentes criminales -homicidios, violaciones secuestros y linchamientos-, más del doble que en el mismo periodo del año anterior.
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Esta violencia se explica en buena parte en la lucha por el control de barrios, donde a penas hay o simplemente no hay presencial policial, que lleva en muchos casos a los propios residentes a tomarse la justicia por su mano.
Hace solo dos días, un grupo de civiles sacaron a 13 pandilleros sospechosos de la custodia policial y los lincharon hasta la muerte, quemando luego sus cuerpos, recordó la enviada de ONU.
“Esta dinámica conduce indefectiblemente a la ruptura del tejido social, con consecuencias imprevisibles para toda la región”, alertó Salvador.