Tras una Semana Santa de asedio, represión y arrestos arbitrarios en Nicaragua, el exsecretario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Paulo Abrão considera que el proyecto de poder autoritario del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo «sigue como nunca».
En entrevista exclusiva con Artículo 66, el experto en temas de derechos humanos manifestó que a víspera del aniversario de abril de 2018, la dictadura orteguista está ejecutando una nueva ola represiva, deteniendo arbitrariamente a opositores.
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«Esto es una señal de que el Gobierno va a seguir reprimiendo a toda persona que quiera manifestarse de manera crítica —así que— ese proyecto es simplemente autoritario y totalitario», manifestó.
Ortega rechaza todo intento de diálogo
Asimismo consideró que el gobierno orteguista está enviando otro mensaje a la comunidad internacional de que «no va a retroceder en su ambiente represivo y está dándole la espalda a todos los intentos de diálogo y de solicitud de respeto a los derechos humanos».
«Si —el dictador Ortega— sigue así, Nicaragua va a consolidar un proyecto de ser un país totalmente cerrado para el mundo y autorreferente en su dictadura», agregó el defensor de derechos humanos.
Referente a la Organización de Estados Americanos (OEA), con quien el dictador Ortega rompió relaciones, Abrão recordó que ese espacio para lograr una salida y entendimiento ya no existe, por lo que considera que «el camino sería construir un tipo de mediación internacional en la cual algunos gobiernos que todavía mantienen relaciones con Nicaragua podrían participar».
Subrayó que en los últimos años han habido esfuerzos para establecer algún tipo de diálogo, «incluso con gobiernos progresistas o de izquierdas que tienen cierta proximidad con el Frente Sandinista, sin embargo el gobierno de Nicaragua ha rechazado esa opción categóricamente, de manera que hoy por hoy yo no veo algún esfuerzo nuevo que podría modificar esa situación».
Pese a todas las situaciones adversas que giran en torno a la crisis que vive Nicaragua, Abrão indicó que no se debe de desistir ni perder la esperanza.
«Paralelamente está creciendo la presión, la ONU renovó el mandato del Grupo de Expertos, en Argentina se está abriendo la causa de crímenes de lesa humanidad, en Brasil se está abriendo la investigación por el asesinato de Raynéia Lima (…) Lo que significa que en el espacio internacional se podrá, de alguna manera, contribuir a que se incremente la presión y buscar formas de responsabilidad individual para los responsables de las graves violaciones a los derechos humanos en Nicaragua», afirmó.
A víspera de la conmemoración las protestas sociales de abril de 2018, que dejó más de 300 asesinados, decenas de presos políticos y miles de exiliados, Paulo Abrão remarcó que el país vivió una verdadera rebelión cívica, la que fue «brutalmente» reprimida por parte del gobierno Sandinista.
«Esta es una fecha que tiene sentimientos encontrados, de un lado el cúmulo de injusticia, y por otro una profunda admiración y respeto al espíritu de resistencia del pueblo nicaragüense de seguir luchando a pesar del recrudecimiento de la dictadura; este ejemplo de resistencia nos apunta a un horizonte de esperanza de que sí es posible cambiar las cosas, y ojalá prontamente todo el pueblo de Nicaragua pueda vivir de manera reconciliada, reconstruyendo su democracia y restableciendo las condiciones de una vida digna en el país», concluyó.