Estados Unidos se congratuló el jueves de que el gobierno de Georgia desistiera de sacar adelante un polémico proyecto de ley considerado represivo por sus críticos y que hizo estallar masivas protestas en el país.
“Al tiempo que saludamos la decisión de retirar el proyecto de ley sobre ‘influencia extranjera’ instamos al partido gobernante a retirar oficialmente este texto y a no proseguir con este tipo de legislación”, dijo el portavoz del departamento de Estado estadounidense, Ned Price.
El funcionario dijo que la legislación era “incompatible con los valores georgianos y euroatlánticos y la protección de las libertades fundamentales”.
Miles de manifestantes salieron a las calles esta semana instando al partido gobernante a retirar el proyecto de ley, considerado similar a medidas utilizadas por Rusia para frenar la disidencia.
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Las protestas han seguido incluso después de la decisión del gobierno de dar marcha atrás.
“Está muy claro que el pueblo georgiano una vez más ha dicho claramente que la única opción para Georgia es un futuro europeo seguro y próspero”, dijo Price.
“Alentamos a los líderes políticos de Georgia a trabajar juntos con seriedad en las reformas que se necesitan con urgencia para obtener el estatus de candidato a la UE que los ciudadanos de Georgia desean abrumadoramente”.