La Prensa, el diario más antiguo de Nicaragua, cumple 97 años de fundación, en medio de persecución, censura, exilio de todo su personal y confiscación a sus instalaciones, pese a ello continúa informando y denunciando los atropellos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El medio de comunicación, propiedad de la familia Chamorro, recordó que «Moncada, Sacasa, los Somoza, los sandinistas. Daniel Ortega. Todos quisieron callar a La Prensa con cárcel, confiscaciones, censura, amenazas, asesinatos, destierros, bombardeos y más, pero ninguno ha tenido éxito en 97 años».
Además, Ortega durante su el primer gobierno, en los años ochenta, impuso un régimen de censura mediática en el país, en el que La Prensa era su blanco por su línea crítica ante las arbitrariedades de la administración sandinista.
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El dictador también sometió a La Prensa y demás medios a una revisión de contenido antes de publicar sus noticias, lo que provocaba deliberadamente que el diario atrasara su tiraje, además que los militares encargados de realizar este escrutinio tenían la potestad de exigir al medio el cambio de título, suprimir palabras, oraciones o párrafos enteros, e incluso, mandar a quitar una noticia si no les parecía favorable al primer gobierno sandinista.
La historia de resistencia del medio continúa; a pesar de sufrir una segunda expropiación de sus instalaciones el 13 de agosto de 2021, La Prensa continúa informando. El primer allanamiento también por parte de Daniel Ortega fue en los años 80.
Los golpes de Ortega a La Prensa
La segunda agresión por parte del régimen de Daniel Ortega contra el medio escrito se dio un día después que su gerente general y secretario de la junta directiva, Juan Lorenzo Holmann Chamorro anunció que la Dirección General de Aduana (DGA) les tenía retenido el papel para bloquear la circulación del diario, por lo que se había tomado la decisión de suspender la edición impresa y quedarse en la sección digital.
En horas de la mañana del 13 de agosto, las instalaciones de la Prensa fueron allanadas por la Policía orteguista, Holmann Chamorro estuvo con los peritos y con más de 10 propagandistas del régimen, que «documentaron» el allanamiento.
24 horas después del allanamiento policial y confiscación de todos los documentos que se encontraban en las instalaciones, la Policía trasladó a Juan Lorenzo Holmann a la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como «El Nuevo Chipote», en Managua, supuestamente con la excusa de que firmara unos documentos, sin embargo lo dejó detenido y lo mantuvo preso por más de 17 meses.
En 2022, el régimen orteguista recrudeció la persecución contra los colaboradores de La Prensa y todo el gremio periodístico nicaragüense. El seis de julio del año pasado, la dictadura de Ortega y Murillo ordenó el arresto de dos conductores, el allanamiento de las viviendas de varios periodistas y fotógrafos del medio, luego de que el diario brindó cobertura a la expulsión de las monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta.
Ante estas acciones, el personal del medio de comunicación se vio obligado a exiliarse y salir de manera irregular del país por miedo a ser los próximos encarcelados.
En agosto de 2022, un año después de la arbitraria confiscación de las instalaciones de La Prensa, la portavoz del régimen de Nicaragua, Rosario Murillo, informó que en el edificio del medio montarán el «Centro Cultural y Politécnico José Coronel Urtecho».
Murillo señaló a La Prensa de ser «un antro de maquinación de crímenes de lesa humanidad» y por lo tanto, su administración lo confiscó y convirtió en un «centro para la profundad espiritualidad».
Según el medio de comunicación, sus bienes «al momento de la confiscación tenían un valor cercano a los 10 millones de dólares».
A inicios de enero 2023, La Prensa denunció que el régimen de Ortega pondrá a trabajar su imprenta robada en agosto de 2021. Los directivos del medio informaron que de forma extraoficial se les había informado que el régimen Ortega-Murillo recontrató al personal especializado en el manejo de la imprenta comercial. Además, adquirió insumos para el funcionamiento de estos equipos.
Ante esta nueva acción del dictador Daniel Ortega, el presidente de la SIP, Michael Greenspon, afirmó estar «alarmado» porque además que la administración orteguista confiscó ilegítimamente y despojó los bienes del diario, «ahora tiene el descaro de usar los bienes del medio para fines propagandísticos».
Hasta el día de hoy y pese a las medidas represivas por el Gobierno de Ortega, La Prensa continúa laborando en su versión digital, informando la situación actual y la crisis que vive Nicaragua.