La revista británica The Economist Intelligence Unit (EIU), señaló en su reciente informe que el régimen de Nicaragua liderado por Daniel Ortega ha establecido en el país centroamericano «un Estado de partido único» después de que se adjudicara las 153 alcaldías del país.
En su pronóstico económico para 2023, EIU recalcó el «estricto control que ejercerá el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) sobre el sistema político en los próximos años». Además, lamentan que la dictadura logre consolidar un control absoluto sobre las instituciones en favor de continuar avanzando bajo su «régimen autoritario dinástico».
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Esta es la primera vez desde los años de 1980 del siglo pasado, también bajo mandato del exguerrillero sandinista Daniel Ortega, que todas las alcaldías de Nicaragua son gobernadas por el FSLN, partido que controla los cuatro poderes del Estado, el Ejército de Nicaragua y la Policía Nacional.
Recientemente la revista también refirió que, con su esposa Rosario Murillo al poder, el FSLN busca mantener su línea de élite en la que involucra a sus hijos. El informe hace mención especial de Laureano Ortega Murillo, quien ha «asumido más responsabilidades políticas en los últimos años, posiblemente allanando el camino para la sucesión dinástica».
En total, fueron 6.392 funcionarios bajo las órdenes del régimen Ortega-Murillo los que asumieron sus cargos este 10 de enero, incluyendo los 153 alcaldes, sus vicealcaldes, así como los miembros de los concejos municipales de los 153 ayuntamientos de Nicaragua, de acuerdo con la información oficial.
En su descripción acerca del país, The Economist muestra su preocupación porque «las maniobras cada vez más autoritarias de Ortega provoquen una reacción internacional, pero no lo persuadirán de cambiar de rumbo político».
Por otra parte, a la situación económica continuará desacelerándose en 2023 «a medida que la demanda de exportaciones se debilite en medio de un deterioro de las perspectivas mundiales. La relación económica con China crecerá en importancia».
«El crecimiento seguirá siendo bastante moderado en el mediano plazo, lo que refleja el acceso limitado de Nicaragua a la financiación externa, su entorno empresarial deficiente y la confianza débil en el estado de derecho. En consecuencia, esperamos que el crecimiento del PIB real promedie un 2 % anual en 2023-27. Existen importantes riesgos al alza y a la baja para las perspectivas, que dependen del grado de cooperación china», añade.
A causa de la represión y las políticas autoritarias de Ortega prevén «que las multilaterales reduzcan sus desembolsos de deuda y los socios inversores extranjeros de EE.UU. su exposición a Nicaragua, debido al riesgo latente de sanciones secundarias».