La vocera del régimen de Nicaragua, Rosario Murillo, señaló que el asalto al Congreso, la Presidencia y el Supremo de Brasil es una estrategia del «terrorismo golpista» para «deponer» al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, quien ganó la presidencia del país suramericano en segunda vuelta con el 50,9 % del total de votos escrutado el pasado 30 de octubre.
«(…) las autoridades pronunciándonos en condena de ese intento golpista y terrorista que se dio ayer (ocho de enero) en Brasilia, queriendo deponer un gobierno recién electo legítimamente por el pueblo brasileño, un gobierno presidido por el compañero Luiz Inácio Lula da Silva», sostuvo Murillo en su intervención por los medios oficialistas, de este lunes, nueve de enero.
«¡Qué casualidad! El terrorismo golpista se manifiesta siempre contra partidos, movimientos y líderes progresistas, que responden, que representan los intereses y los derechos de los pueblos», cuestionó la vicedictadora.
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«Como sabemos la democracia, la libertad, la dignidad, la cultura pertenecen a los pueblos y el golpismo ha venido queriendo infructuosamente, usurpando los derechos inviolables de nuestro pueblo», agregó.
Asimismo, Rosario Murillo aseguró que el terrorismo en Brasil «una vez más ha quedado y quedará, estamos seguros, sepultado por el desconocimiento, el desprecio popular, desprecio del vil egoísmo que mueve ambiciones y de conductas criminales e inconstitucionales que no prevalecen».
«Estamos seguros que el fascismo, el terrorismo, el golpismo, la criminalidad, la ilegalidad, la ilegitimidad no pasará. Vamos siempre más allá por la justicia y la paz. Hemos dejado sentada nuestra posición de paz, de bien, de derechos, de bienestar y dignidad, defendida siempre con el corazón en alto bienestar y dignidad de nuestros pueblos», destacó.
La tarde del domingo, ocho de enero, centenares de seguidores radicales del exmandatario Jair Bolsonaro, invadieron el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo, y la Corte Suprema, tras irrumpir en el Congreso Nacional de Brasil.
Después de unas cuatro horas y media, las fuerzas de seguridad consiguieron recuperar el control de las sedes de los tres poderes, tras contener a los manifestantes con gases lacrimógenos y equipos antidisturbios.
Al menos 1.200 bolsonaristas fueron detenidos este lunes en el campamento que habían montado frente al cuartel general del Ejército en Brasilia desde las elecciones de octubre y desde el que fueron lanzados los ataques del domingo contra las sedes de los tres poderes en Brasil.
Los bolsonaristas radicales no reconocen la victoria en las urnas de Lula, quien en la segunda vuelta del 30 de octubre ganó con el 50,9 % de los votos válidos frente al 49,1 % de Bolsonaro.